La polémica arbitral no oculta la mejoría del Eibar
Pese al enfado por el penalti que condicionó el resultado de El Sardinero, los armeros exhibieron una versión más ofensiva, contundente y esperanzadora.
La resignación por las actuaciones del colegiado Sánchez Villalobos, y en mayor medida de González Díaz desde la sala VAR, todavía es patente en Eibar. Los armeros no volverán a presenciar a sus combatientes hasta el próximo lunes (19:00), cuando el Levante podría sufrir las consecuencias de un león herido. La decisión de señalar el punto de penalti, con unas imágenes que evidencian que el hombro de Álvaro Carrillo fue el encargado de obstaculizar el disparo de Andrés Martín, han incendiado tanto al club, afición como vestuario. Asimismo, el respectivo audio de la resolución, en el que el responsable del video arbitraje confirma al árbitro de campo una mano inexistente, tampoco ha logrado apaciguar las aguas.
Sin embargo, el segundo capítulo de esta temporada tiene más lecturas. El Eibar tuvo que ver cómo en apenas 5 minutos para llegar al final, todo el esfuerzo de los 90 reglamentarios se iba al garete. Lo que podían haber sido tres puntos de oro, acabó por convertirse en uno amargo. Pero esas notas de acidez, condicionadas por las distintas decisiones arbitrales, con el paso de los días van cogiendo un regusto más dulce. Lejos de la exaltación postpartido, el conjunto guipuzcoano comienza a darle valor al punto conquistado en un campo donde cerca de un año recibió una goleada copiosa. Los de Joseba Etxeberria resistieron a 20 minutos de incesante actividad local, golpearon hasta en dos ocasiones y llegaron hasta el 85′ con suficientes opciones de haber rematado a los montañeses.
En un contexto diferente al vivido siete días antes contra el Castellón, el Eibar apostó por llevar más la iniciativa. Por mucho que el combinado cántabro se hiciera con la posesión de balón, el gipuzkoano fue el que con más claridad se acercó a la portería rival. Merquelanz dispuso de un mano a mano frente a Ezkieta; Pascual y Bautista se toparon con la madera; y Guruzeta guio dos transiciones que estuvieron a un palmo de transformarse en gol. La mayoría de estas acciones vienen a causa de la verticalidad que ha ganado el equipo. Ante la presión adelantada del Racing, el ‘Gallo’ decidió buscar a Bautista y Pascual por alto, ganar esa segunda caída y a partir de ahí tener el hambre de atacar el espacio. De la misma manera que lo hacían tras recuperar en bloque medio. Algo que se asemeja poco a lo experimentado años atrás, cuando todo eran apoyos al pie. Por lo que los espacios serán los mejores aliados de este Eibar.
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