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BARCELONA

La maldición de Leo Messi

Se cumplen hoy dos años de la última vez que el Barcelona marcó un gol de falta directa. Desde la marcha del crack argentino, el grifo se ha cerrado.

Si Cristiano fue el azote de los azulgrana, Leo Messi lo fue de los madridistas. No en vano es el máximo goleador en la historia del Clásico con 26 tantos en 45 partidos (también es el jugador azulgrana que más encuentros entre madridistas y azulgrana han disputado a lo largo de la historia). Ése es, seguramente, lo que le haga estar en esta lista: ser la pesadilla de los blancos desde su hat-trick en la campaña 2006-07 en el Camp Nou.
David RamosGetty Images

Las maldiciones en el mundo del fútbol se convirtieron en una moneda de uso corriente desde que el técnico húngaro, Béla Guttmann, allá a principios de la década de los sesenta, lanzara un órdago mítico tras conocer su despido en el Benfica: “Sin mí, el Benfica tardará cien años en volver a ser campeón de Europa”. Y la verdad es que la profecía sigue vigente, porque 61 años después sigue sin ganar el máximo trofeo continental.

En el Barcelona, empieza a cobrar cuerpo otra maldición que tiene como protagonista Leo Messi. Y es que desde que se marchó el crack argentino, ningún jugador ha sido capaz de marcar un gol en falta directa. De hecho, hoy 2 de mayo se cumplen ya dos años del último gol de falta que logró el Barcelona, fue ante el Valencia y evidentemente obra del crack argentino.

Desde ese día, una sequía tan preocupante como alarmante, ya que la plantilla ha contado con varios especialistas, entre ellos Memphis Depay, Pierre Emerick Aubameyang, Marcos Alonso y últimamente Raphinha. Ninguno de ellos ha sido capaz de ver puerta, siendo el brasileño el que más e ha acercado, ya que ante el Betis envió un balón peligroso que Rui Silva supo atajar con acierto.

Se han contabilizado un total de 33 lanzamientos de falta en estos dos años sin Messi con un acierto nulo. Una maldición en toda regla que seguramente se subsanará con la llegada de nuevo del delantero argentino.