La inconsistencia lastra a la Real y preocupa contra el Barça
El equipo donostiarra es capaz de hacer buenos partidos y tener momentos brillantes, pero su endeblez en las áreas le está penalizando y los de Flick no perdonarán.
Imanol Alguacil llega preocupado a la visita del Barcelona al Reale Arena. No lo puede evitar. Aunque trate de ocultarlo públicamente, es innegable que le preocupan cada vez más los problemas de inconsistencia que tiene su Real Sociedad y que no está logrando arreglar con el paso de las semanas. Porque es un mal que no para de repetirse y que está lastrando sobremanera a un conjunto txuri-urdin que ha demostrado tener buena materia prima para hacer partidos muy interesantes y lograr momentos brillantes dentro de los encuentros, pero luego se va todo por la borda por su reiterada endeblez en las áreas, en la rival y en la propia, especialmente.
Se trata de un problema que preocupa especialmente cuando tiene que recibir en casa a un Barcelona que precisamente donde no está fallando es en las áreas, donde se está mostrando tan infalible que cuenta sus partidos prácticamente por goleadas. Y a ese temor hay que añadir sus pésimos números como local. En el Reale Arena no está siendo capaz de ser fiable, hasta el punto de que es el peor equipo de LaLiga en casa, con sólo una victoria y cuatro puntos sumados. Es más, en lo que llevamos de 2024 sólo ha ganado cuatro partidos de los 21 que ha jugados delante de su afición. Y no parece el Barça el mejor invitado a la fiesta de la reacción casera, porque le visita el mejor equipo a domicilio de la competición liguera.
No para Imanol de buscar soluciones al repetitivo problema de fiabilidad de su equipo. Un equipo que es capaz de lo mejor y de lo peor en el mismo partido. No hay duda de que hay materia prima, cómo queda reflejado en los momentos en los que domina los partidos, con minutos brillantes. Pero en el mismo partido es capaz de dar tantas facilidades a sus rivales que acaba pagándolo muy caro, hasta el punto de acabar perdiendo. Es lo que le ha pasado en los dos últimos partidos que ha perdido, en los que ha tenido curiosamente mucha más posesión que los rivales, pero no le ha servido de absolutamente nada.
El guion de la derrota contra Osasuna en la Liga y contra el Viktoria en Pilsen en la Europa League ha sido el mismo. Los donostiarras tuvieron más del 75% de posesión, pero encajaron cuatro goles en cuatro regalos inadmisibles y que en el fútbol de élite, contra cualquier rival, te cuesta muy caro. Osasuna tiró dos veces sobre la portería de Remiro, lo mismo que el conjunto checo, ante el que cometió 158 pérdidas de balón innecesarias que dieron vida a un rival muy inferior. La Real no es capaz de aprovecharse de su superioridad cuando domina el partido y no es capaz de aprovechar sus ocasiones. Y a sus rivales les concede opciones con sus fallos que le penalizan en exceso.
Su fútbol es bueno, interesante y tiene automatismos fantásticos, como su presión tras pérdida en campo rival o sus transiciones rápidas en ataque, pero tiene un problema grave, y es que no tiene consistencia, y eso le está lastrando tanto en Liga como en Europa. Y bien sabe Imanol que si al Barça le perdona… lo acabará pagando muy caro. Porque no es capaz de tener una actuación completa, sostener sus buenos minutos durante todo el partido. Sufre apagones que le están c demasiados puntos. Curiosamente, sus dos últimos triunfos, en Sevilla y Girona, llegaron cuando tuvo menos posesión. Quizá ese dato le esté dando alguna pista al técnico realista, y lo tenga que poner en marcha contra el Barça.
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