Aumenta la polémica en la grada de animación de Zorrilla
Llegó el primer partido de liga y un problema que estaba latente se escenificó en la grada del fondo norte en el duelo ante el Espanyol.
El Real Valladolid volvió a Primera y se estrenó con victoria y con la felicidad de los 22.000 espectadores que acudieron al partido... bueno de casi todos ya que unos 200 aficionados del fondo norte apenas pudieron ver el partido ya que están situados justo detrás de la recién creada ‘grada de animación’.
El problema comenzó a gestarse cuando el club sigue las directrices de la Liga después de haberlo postergado dos años y crea la zona de animación específica. Esta zona no es obligatoria, pero sí lo es si se quieren tener elementos de animación como las banderas, bombos, megáfonos y demás elementos, además de la opción de estar de pie, algo que en el resto del estadio no está permitido desde hace años.
Esos 200 irreductibles que han decidido quedarse en sus localidades de toda la vida se han encontrado con una realidad que les ha golpeado y es que desde sus localidades van a tener casi imposible ver los partidos. Emiliano Calzada, uno de los abonados más antiguos de esa zona, contaba que en el partido ante el Espanyol: “no pude ver nada de la primera mitad y de la segunda ni cinco minutos. El problema es que se levantan y no paran de moverse y cambian de zona a su antojo, las banderas a todas horas, se suben de pie en los asientos... parece que quieran fastidiarnos adrede para que nos cansemos y nos vayamos”.
Ese grupo de aficionados solicitó la ayuda de los servicios de seguridad del club e incluso del responsable de seguridad; los componentes de la Grada de animación hicieron caso mientras estaba el responsable, unos 10 minutos, pero después se fue y todo volvió a desmadrase, según explicaba Emiliano, visiblemente fastidiado por la situación al igual que el resto de aficionados afectados.
El problema se agrava ya que ahora mismo con el límite de abonados que marcó el club ya cubierto, la opciones de cambio han quedado descartadas y el problema puede ir a mayores y convertirse en algo más si la tranquilidad o las formas se pierden en algún momento por cualquiera de las partes.
El club ofreció la opción de cambio de ubicación con algunas ventajas que para los abonados que han resistido en sus localidades resultaron totalmente insuficientes, aunque otros han optado por marcharse previendo lo que ocurrió en ese primer partido ante el Espanyol. El problema existe y tiene una solución complicada.
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