La derrota más esperada
El principal verdugo de los armeros aprovechó la falta de continuidad en su juego para provocarles la primera derrota de la campaña.
A cero. Por vez primera, en lo que va de curso, el Eibar se fue de manos vacías de un partido. Ni perforó la portería rival, ni blindó la suya propia, para al menos arañar un punto en el Carlos Tartiere. Un hecho insólito en este inicio liguero. Pues hasta la pasada jornada los armeros compartían el cartel de ser los únicos invictos de la categoría junto a Málaga y Racing. Casualmente, los tres salieron derrotados este fin de semana. Y es que nadie escapa de las garras de la Liga Hypermotion. La igualdad es patente en cada enfrentamiento. Si nos adherimos a la tabla clasificatoria, podemos observar cómo tan solo encontramos tres puntos de diferencia entre el primer y el noveno clasificado. Entre medias, asoma el conjunto gipuzkoano, ubicado en 7ª posición y con 12 puntos en su haber.
Pese a su plácida situación clasificatoria, la derrota en tierras asturianas es un claro toque de atención a un equipo acostumbrado a sacar los resultados a base de oficio. Los números recolectados en el primer mes de competición, gracias a una pegada no vista el año anterior, eclipsaron la falta de fluidez en el juego armero. Algo visible el pasado domingo. Mayormente en el segundo acto, al Eibar le costó hacerse con el balón. No generó circulaciones rápidas para encontrar al hombre libre y cometió varios errores groseros en fase de construcción. Chaira aprovechó la relajada actitud de Matheus con balón y, tras robarle la cartera, mientras este estaba de espaldas, asistió a Alemao en el único tanto de la tarde. También con el equipo totalmente expuesto, Cubero perdió la posesión en una mala cesión hacia Arambarri. El central azkoitiarra, no pudo anticiparse a ese balón y acabó recibiendo la segunda amarilla del encuentro.
Además de los errores mencionados, al conjunto eibartarra le faltó la capacidad de reacción que sí pudo tener en el encuentro frente al Levante, donde los granotas se adelantaron rápidamente en el marcador. A partir del tanto ovetense, los de Etxeberria no dispararon ni una sola vez a puerta. A diferencia de un primer tiempo en el que sí se acercaron con peligro. A través de la movilidad de Mada, que incluso se atrevió a probar su disparo, Bautista se activó en el último tercio. Sin embargo, los fuera de juego se cruzaron en su camino. Primero, para desestimar la expulsión de un David Costas que le derribó en la frontal del área y segundo, para quitarle la opción de hacer gol cuando ya se relamía frente a Escandell. Ante la falta de confianza en Slavy, y el intermitente nivel de Pascual, el Eibar necesita la mejor versión de su principal referencia. Sin ella, tiene difícil marcar la diferencia.
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