La Champions, campamento base en ruinas

El Sevilla ya ha conseguido su anhelo de ser un habitual en la Liga de Campeones, competición que ha disputado en sus últimas cuatro ediciones. Del mismo modo, el Sevilla ya asume su rol de equipo menor, muy pequeñito, en la máxima competición continental, de la que se ha despedido en la fase de grupos en las tres últimas ediciones. Grupos complicados, grupos fáciles, grupos asequibles... Da igual. El Sevilla dice adiós a la Champions siempre en diciembre.

Deportivamente, esto sitúa el Sevilla en un escalón menos del que en el mismo club se piensan a nivel europeo. Económicamente, es una ruina. Principalmente porque en las cuentas del club habitualmente se presupuesta llegar a octavos de final y sumar triunfos en la fase de grupos que arrojen beneficios económicos. Algún que otro año incluso, haciendo una mezcla tan optimista como descabellada, se contaba con llegar a unos cuartos de final que sólo una vez se han pisado en la historia. Y como es lógico, el Sevilla hizo las maletas en la fase de grupos.

La Champions se definía como el campamento base en el que el Sevilla se tenía que instalar. Pero el campamento base en el que se ha instalado el Sevilla está en una ruina de tal calibre que se refleja en las cuentas de un club que pese a ir vendiendo a pilares temporada tras temporada, se encuentra en una situación más que complicada. Nadie puede olvidar que las cuentas de la pasada campaña no se aprobaron. Ni la gestion del Consejo. Y ahí sigue todo igual.

El próximo lunes habrá la enésima Junta de Accionistas en la que José María del Nido Benavente intentará recuperar el poder. Se espera que no pase nada y que la situación siga resolviéndose en los juzgados. Mientras, el Sevilla agoniza en su tierra prometida, su campamento base de una Champions en la que se confirma que, actualmente, además de ser peor que 14 equipos de Primera, también es peor que el PSV o el Lens.

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