La caída del ‘Darderismo’, el fin de una era en el Espanyol
El club perico despide a su último símbolo, capaz de crear un concepto, último superviviente (junto a un joven Puado) de la plantilla que entró en la Europa League en 2019.
Aunque al Espanyol no le queda más remedio que cerrar el cajón de Sergi Darder y seguir adelante (el domingo inicia el camino obligado del retorno a Primera), la marcha del capitán de una manera tan abrupta simboliza el fin de una era en el club perico. Una etapa cuyo final se ha ido adivinando desde hace ya varias temporadas, pero que este verano una detonación ha acabado de hacerlo saltar por los aires. La caída del Darderismo, cuyo gurú era el último integrante de la plantilla que se clasificó con Joan Francesc Ferrer, Rubi, para la Europa League 12 años después (Puado también formó parte de una forma más testimonial), es el fin de la era donde la cantera era predominante, el bastión de un Espanyol capaz de reinventarse pero que ahora se queda huérfano de símbolos y con apenas un 22% de jugadores procedentes de Sant Adrià.
La marcha de Óscar Melendo sin renovar su contrato hace una temporada era una de las primera señales del rumbo que tomaba la entidad a nivel deportivo y del hartazgo de aquellos jugadores que acumulaban ya varios años. Su marcha fue el preludio de la de Adrià Pedrosa, que se desvinculó de la misma manera, sin renovar. Luca Koleosho, canterano que ni siquiera tenía ficha del primer equipo, dejó clara su postura de no ampliar su contrato en 2024 y fue vendido, mientras que Simo Keddari tampoco se lo pensó dos veces cuando vio que el ‘overbooking’ de centrales iba a demorar su consolidación. Y, ahora, Darder, quien había heredado el rol que en su día desempeñaron Raúl Tamudo, Gerard Moreno o David López, otro de los que, en la era Chen Yansheng, salió de la entidad y ahora es titular en el Girona.
Más allá de las particularidades de cada caso, el club ha sido incapaz de seducir a sus símbolos. Incluso la renovación del capitán el pasado agosto, con Chen Yansheng de visita en Barcelona y con la necesidad de generar alguna buena noticia con un decorado grisáceo (el enquistamiento de la venta de RdT, las primeras declaraciones disonantes de Diego Martínez...), ha explotado apenas un año después. El descenso ha precipitado el deseo de salir del mallorquín, quien ya no cree las promesas de proyectos mejores y que ha mirado por sus intereses individuales (futbolísticos), como ya advirtió ante el Almería en la últina jornada de Liga. Darder no se va por dinero: firma un contrato por menos dinero en el Mallorca. El capitán dejó de ser feliz en este Espanyol.
Su marcha deja a día de hoy el primer equipo con solo cuatro jugadores formados en Sant Adrià. Uno de ellos es Joan Garcia, que afronta el curso como segundo portero y que espera por fin una oportunidad después de haber podido aún demostrar con continuidad el nivel que se le augura. Le sigue Pol Lozano, cuyas cesiones en Girona y Granada y su buena pretemporada le han ayudado ahora a consolidarse como uno de los símbolos de lo que representa el Espanyol. Igual que Javi Puado y Nico Melamed, dos casos distintos. Mientras el delantero tiene un contrato amplio, el mediapunta acaba la próxima campaña y de momento no hay novedades con respecto a su renovación. Melamed puede ser un termómetro, con los casos de Melendo y Pedrosa recientes.
A la espera de tener hueco y de no salir en el mercado, jugadores como Omar El Hilali, Rubén Sánchez o Javi Hernández, esperan su turno. Y no hay de momento más noticias de un Espanyol que ha presenciado bajo el calor de agosto la caída del Darderismo. Se va el que fuera un símbolo y su marcha representa algo más... No ha habido otros futbolistas que marcarán tendencia, como los artistas. Otra señal del fin de una era en la plantilla menos canterana de siempre que le auguran tiempos desconocidos.