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SEVILLA

La agonía de Diego Alonso

El peor técnico de la historia del Sevilla en Primera vuelve a perder y sigue haciendo la goma en el cargo por el calendario y las dudas de los dirigentes.

Decía José Castro, presidente del Sevilla, que Diego Alonso era uno de los entrenadores que más le había sorprendido en su extensa trayectoria en el fútbol. Y no puede ser más cierto, ya que no se puede calificar de otra forma más suave que de sorpresa mayúscula que el técnico uruguayo ya sea, con papeles, el peor entrenador de la historia del Sevilla en Primera. Unos números dantescos que habrían precipitado su destitución hace semanas sino fuera por un cúmulo de circunstancias ajenas que juegan tan a su favor como en contra jugaron, con total injusticia, con su antecesor José Luis Mendilibar.

El Sevilla de Diego Alonso es incapaz de ganarle a un equipo profesional. Tres partidos de Champions y siete de Liga así lo atestiguan. Y los triunfos ante los aficionados del Quintanar de la Orden y el Astorga tampoco es que fueran desagravios como para poder agarrarse a algo. En el club se pide la paciencia que no se tuvo con Mendilibar porque se atisba una supuesta mejoría que no es más que una gigantesca bomba de humo para no asumir el error de que, un año más, habrá tres entrenadores. Como mínimo. Tanto hablar de los sueldos de los directivos, cuando el drama está en los finiquitos de los entrenadores.

Víctor Orta, director deportivo, apostó personalmente por Diego Alonso pese a ser un auténtico novato en el concierto internacional. Y la apuesta se sigue defendiendo a capa y espada. Al Sevilla le metieron la mano en la cartera en Mallorca, cierto, y el club ha protestado a voz en grito en las redes sociales. Pero aún mayor fue el atraco que le metieron a Mendilibar en Eindhoven y nadie dijo esta boca es mía. Claro que el vasco no era apuesta de nadie y estaba sentenciado, como se demostró con su destitución un partido después.

Con un rosario de lesionados que no hace más que aumentar. Y con el miedo a una dolencia grave de Lukebakio. Con la grada mostrando una dolorosa indiferencia con el banquillo porque la batalla está en un palco en guerra consigo mismo y con la “mierda” del exterior. Y con un calendario cargado que hace que el Sevilla se monte en un avión este lunes para intentar permanencer en la Europa League el marse si se le gana al Lens. Aunque suene a broma pensar que este Sevilla volverá a ganar. Todo ello mantiene la agonía en el cargo de Diego Alonso que sigue haciendo la goma.

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