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Kubo: “En pretemporada pensaba que ésta era mi última oportunidad”

El atacante japonés se convierte en centenario en LaLiga en su mejor momento. Desde que llegó a la Real es otro jugador: “Yo tampoco me puedo explicar muy bien lo que me están pasando”, dice

Take Kubo.
AMAIA ZABALODIARIO AS

Take Kubo está siendo una de las sensaciones de este inicio de temporada. El futbolista japonés ha comenzado su andadura en la Real Sociedad mejorando de manera ostensible su rendimiento de campañas anteriores. Contra el Espanyol alcanzó su partido 100 en LaLiga en un momento de forma envidiable.

¿Cómo analiza la victoria contra el Espanyol?

Creo que bien. Le puedo dar un aprobado.

Aunque el resultado sea el mismo que el jueves pasado, ¿se fueron más contentos a casa después de ganar al Espanyol?

Si, al final es un triunfo igual de importante, pero la sensación del equipo no fue la misma. Atacamos mejor, especialmente en la primera parte; y estuvimos al nivel que la afición espera de nosotros.

¿Cómo se le ocurre ir a presionar a Álvaro Fernández en el gol de Sorloth?

Me acorde en la pretemporada tuve una similar contra el Athletic y acabé no yendo. Y me vino a la mente que podía controlar mal y que podía ir a por ese balón. En principio como me quede en el suelo iba a pedir echar el penalti. Pero como todo el mondo empezó a volver al centro de campo, intuí que era gol.

¿Dónde está el secreto para estar viendo a un Kubo tan decisivo y diferente al de otras temporadas justo cuando cumple 100 partidos en LaLiga?

Yo tampoco me lo puedo explicar muy bien lo que me está pasando. Yo creo que lo que me acuerdo cuando estuve aquí en los hoteles en pretemporada es pensar que no tenia otra, que está podía ser mi última oportunidad para dar ese salto como futbolista. Y de momento creo que estoy cumpliendo con lo que se espera de mi.

¿Qué sintió cuando escuchó los cánticos de ánimo de la afición realista dirigidos a usted?

Me dio mucha confianza. La afición es la que opina al final. Está el mister, el cuerpo técnico y los jugadores, pero yo creo que es entretenimiento de alguna forma y la afición es la que opina. Ellos pagan el dinero y vienen a vernos el partido. Y mientras más contentos estén, mejor para nosotros. Esa ovación de la afición me gustó mucho.

¿Cree que ha acertado viniendo a la Real?

Yo fui a hablar con el presi en Madrid, él tiene una empresa allí, y fue cuando me dijo que llevaban tres años detrás de mi y me explicaron todo, y yo también lo sabía. Y en ese momento decidí fichar por la Real, porque es un club que me quiere, un presidente y director deportivo que también, y un entrenador que me quiere. Y a partir de ahí ya todo depende de mí, y de momento lo estoy salvando.

¿Se siente cómodo en el ecosistema de trabajo de Zubieta y en la forma de jugar de la Real?

Sí, mucho. Tanto lo que se trabaja en la ciudad deportiva como lo que jugamos en el campo es a mi estilo. A mi me gusta mucho como trabaja el equipo, me gusta demasiado como juega en los partidos, sobre todo rodeado de tan buenos jugadores importantes, muy técnicos y fluidos ahí arriba. Me encuentro muy a gusto.

Lo que más está sorprendiendo de usted es su juego sin balón…

Me llevan diciendo eso hace tiempo. Siempre ponía esa pega de que a Kubo le costaba defender y no ayudaba al equipo, y también puede ser por el tamaño que la gente prejuzga. Yo creo que este años estoy pudiendo demostrar que es todo lo contrario, que también ayudo al equipo y me sacrifico.

¿Está cómodo en la posición que le coloca Imanol Alguacil?

Creo que al tener dos partidos por semana no podemos jugar siempre los mismos. Iremos cambiando de jugares y yo iré adaptándome a lo que me diga el mister. Antes de venir, yo le decía a Imanol que me adaptaba a todo, pero que la banda izquierda no era mi preferida. Y hoy por hoy estoy muy contentos en esa banda. Me puedo adaptar a todo, menos punta de referencia.

¿Cómo es su relación con Imanol, que siempre exige mucho?

Me acuerdo que el día que vine yo estaba muy tranquilo. Pero cuando vino Sadiq estaba ya más suelto y se veía con más genio, gritaba más. Y ya me acostumbré. Pero también es verdad que antes de cada entreno se da la mano con todos los jugadores y después habla con casi todos, y eso cuando un jugador lo ve, siente confianza. Yo aunque no estuviese jugando, sabría que confía en mi y que cuando llegara mi momento daría lo máximo por mi entrenador. Porque está cerca de ti y te aprieta aunque no juegues. Es verdad que te grita, pero mejor que te grite porque sino notaré que estoy perdiendo algo.