Las Palmas

Kirian, tras superar otro linfoma: “La sanidad pública me ha dado la vida dos veces; estoy encantado de pagar el 47% de IRPF”

Tras la enfermedad, apura su vuelta al equipo. “El objetivo está claro: ascender”, insiste. “Dependerá de mí cuando esté en forma”, asegura de su regreso.

23/09/2025 FUTBOL SEGUNDA DIVISION TEMPORADA 25/26 Entrevista Kirian Rodriguez
Carlos Diaz-Recio
Las Palmas Actualizado a

El intenso calor que domina la colina de Barranco Seco, allí donde se alza misteriosa la Ciudad Deportiva de Las Palmas, se sofoca con las tan necesarias gotas de agua que brotan del sistema de riego de uno de los campos en los que trabaja el primer equipo amarillo. Por allí comparece Kirian tras uno de esos entrenamientos que ya vive como uno más.

Su regreso está cada vez más cerca pero no nos hace falta hablar de fechas. “Será cuando físicamente esté en forma y el cuerpo técnico a vea que el partido está para el fútbol de Kirian”, viene a decir en esta enriquecedora entrevista con Diario AS. Como no podía ser de otra forma, hace una ilustrativa y solidaria defensa de la sanidad pública, que tanto le ayudó a superar de nuevo un linfoma de Hodgkin: “Estoy encantado de pagar el 47% de IRPF. Si no lo hiciera no hubiera podido aprovecharla como he hecho”.

Cuando habla de su recuperación lo hace siempre en primera persona del plural. Lo mismo que su idea de juego. Así se desarrolló esta charla sobre vida, fútbol y la imperiosa necesidad de apostar por nuestros servicios públicos. Y sobre el objetivo de la Unión Deportiva Las Palmas: “Ascender sí o sí”.

Hace poco más de un año hablábamos muy cerca de aquí y estaba usted estupendo. Ahora ha pasado por un proceso bastante complicado pero se le vuelve a ver buena cara, buen color, buen aspecto. ¿Cómo está?

Muy bien. Bastante recuperado. Como dices, el pelo ayuda un poco, siempre digo que la barba es el maquillaje de los hombres y me ayuda a tener mejor apariencia. También el sol de Canarias me ha ayudado un poco a recuperar mi color. Estoy muy bien.

Cuando le dicen que ha recaído del linfoma de Hodgkin, ¿se lleva mejor por saber a lo que te enfrentas o peor por pensar en volver a empezar el proceso?

Para mí fue mejor porque la experiencia es un grado. Cuando pasó todo la primera vez uno tiene mucho desconocimiento de la enfermedad, no sabe cómo son los tratamientos ni cómo afecta a tu cuerpo ni cómo se te queda después de los procesos de quimioterapia… Ahora tenía esa experiencia de cómo había sido todo, de cómo podía aguantarlo, de si podía soportarlo, si entrenar o no, qué tipo de cosas podía hacer en el día a día… La segunda vez eso me ha ayudado mucho.

¿Cuánto ha estrechado su vínculo familiar con su pareja, sus padres o grandes amigos como Benito Ramírez haber pasado dos veces por la enfermedad?

En casa con mi pareja ha hecho que una relación de un año, y ahora de cuatro, parezca de 20-25 años juntos. Parece que ahora llevábamos muchísimos más años de relación. La mía con sus padres o la de ella con los míos también ha crecido mucho. Vivir una enfermedad como esta dentro de casa, la cual hemos sufrido todos, te hace ser más duro, que te juntes más, que te arropes más en ellos. Y que ellos confíen mucho más en ti y que tú empieces a contarles cosas más profundas. Con Benito Ramírez y con mis padres ya tenía una relación muy íntima. Con amigos con los que no tenía mucho trato desde la infancia se ha vuelto a esa unión que teníamos cuando éramos pequeños.

Siempre ha destacado que su pareja cambió de vida por estar a su lado. Benito, por ejemplo, se rapó en señal de apoyo. El club le renovó durante su primera convalecencia. ¿Todo ello le hace sentir esta nueva recuperación como una victoria colectiva?

Sí. Digo “nos” porque nos han dado el alta. Cuando nos han dicho que estamos limpios, es a todos. Ha sido algo muy personal porque la enfermedad la vives tú pero me he abierto de tal manera con mi círculo cercano que todos ellos casi es como si la vivieran también. Ha sido duro para ellos, un palo, pero compartirlo con todos ellos ha sido como si fuera tan conmigo mismo sino en grupo. Nos dieron el alta a todos. Nos curamos todos. A mi novia le decía que ya nos queda menos. Lo intenté compartir con ellos y eso me lo ha hecho más fácil.

Desde fuera se le puede ver a usted como un futbolista famoso, hasta millonario, pero que al final va a recuperarse a la sanidad pública. Incluso se emocionaba hablando de su hematóloga, que pertenece a dicha sanidad, gracias a la cual también está hoy aquí.

Millonario tampoco, que estamos en Las Palmas (ríe). Siempre digo que estoy encantado de pagar el 47% de IRPF. Lo seguiré pagando. Probablemente, si no lo hiciera no hubiese tenido los servicios que tiene la sanidad pública ni los hubiese aprovechado como los he aprovechado. Me han dado la vida otra vez. Y no solo una, sino dos. Por lo menos, desde el primer día he confiado plenamente en ellos. Desde que mi hematóloga me dijo que tenía el 95% de posibilidades de recuperarme del linfoma la primera vez que me lo diagnosticaron confié totalmente en que ese porcentaje se iba a llevar a cabo. La segunda vez, más de lo mismo. El porcentaje era un pelín más bajo pero seguía teniendo la misma positividad. Al final, la sanidad pública es una suerte tenerla a día de hoy, y hay que aprovecharlo.

En esa rueda de prensa en la que anuncia su vuelta se le vio feliz, alegre, pero decía que no tenía esa emoción por el fútbol. ¿Cómo se encuentra ahora?

Comento que no tengo ilusión no por competir sino por salir a un campo o irme a jugar un partido. En las dos últimas semanas estás entrenando pero con la mentalidad de “y si no me recupero o no vuelvo a jugar...”. Creo que no llegas a ilusionarte con el hecho de competir porque no ves que puedas llegar a hacerlo. Pero en las dos últimas semanas he sentido un poco esa sensación de quererme ver compitiendo o ver si estando en el banquillo tengo ese hambre de querer jugar o no. De momento no lo estoy sintiendo. Lo dije, no voy a mentir. De momento lo mantengo porque estoy trabajando para ello. Puede que sea eso, puede que el paso sea verme en un banquillo o con la equipación puesta para acercarme poco a poco a ese punto. Sí que es cierto que ya los viernes, antes de la convocatoria, vas pensando que a lo mejor entras. Esa ilusión de aunque sea volver a viajar con el equipo estoy intentando tenerla y la voy teniendo poco a poco. Pero es cierto que muchos fines de semana he pensado que prefiero quedarme en casa, estar con la familia y quedarme tranquilo.

¿Ese pasito tiene que ser 100% decisión suya o se necesita el impulso del entrenador para decirte que quiere contar con usted?

Probablemente no dependa de mí. De mí dependerá cuando entre en esa convocatoria o esté dentro del campo. Dependerá de mí cuando me ponga en forma pero sobre todo de que al final el cuerpo técnico me transmita que va llegando el punto de volver a jugar.

Ahora que ya es uno más, ¿qué es lo que más echaba de menos cuando no lo era?

Sentirme yo. Ser capaz de arrancar, de frenar, de tirar una pared y que mi cuerpo pueda responder. Poder asociarme, que el balón llegue a los compañeros. Mi forma de jugar es un poco peculiar y yo en los entrenamientos estaba siendo muy práctico porque el físico no me daba para más. Intentaba estar correcto mentalmente para estar bien posicionalmente, no perder el orden y que no se notaran esas carencias físicas. Entonces, prácticamente tocaba de primeras, muy rápido, intentara que la pelota pasara por mí lo menos posible. A mí me encanta marcar el ritmo. Decir cuándo aceleramos, cuándo frenamos, cuándo atacamos, cuándo mantenemos la posición y la calma. Lo que más echaba de menos era tener ese poder de dominar un partido, un entrenamiento, una posesión a mi antojo, por así decirlo, y no ir yo en función de lo que vaya pasando siendo uno más.

¿Precisamente por ahí es por dónde pasará su aportación a la UD una vez vuelva a jugar?

Es lo que soy. Tanto el club como el míster en lo que más se fijan en mí o más van a ver es a ese tipo de jugador. Contar conmigo de esa manera me va a llevar a esa naturaleza aunque se me pida algo diferente. O intentar dominar el partido o jugar de esa manera. Dependerá mucho de lo que el entrenador exija y pida en cada momento, en cada partido. Personalmente, quiero que sea como la otra vez. Aunque fuésemos perdiendo, el partido requería que entrase Kirian por las cualidades de Kirian, no por ser yo o por estar físicamente a disposición. Creo que el objetivo del equipo es ascender, es pelear por el ascenso sí o sí. Es en lo que nos tenemos que mentalizar. Al final, meter a un Kirian que no esté en ritmo o en forma puede perjudicar al equipo, y es algo que no quiero.

“Hay que pelear por subir. Nos tenemos que mentalizar en eso. Meter a un Kirian que no esté en forma puede perjudicar al equipo, algo que no quiero”.

Kirian Rodríguez

Ya empezó el curso de entrenador. Desde ese prisma, ¿cómo ve a Las Palmas desde fuera?

Bien. Desde que llegó el míster estoy muy contento con los entrenamientos, con la idea de trabajo. A mí, que me gusta ver el fútbol desde fuera o fijarme en todo, posicionamientos, tipos de entrenamiento, en cómo se trabaja la semana para preparar un partido, en los ejercicios que hacer para intentar mecanizar esos movimientos en los jugadores y que inconscientemente les salgan a la hora del partido..., los entrenamientos son divertidos. Los ves y analizas desde fuera y luego ves cosas en los partidos que están muy trabajadas. Como jugador me encanta aprender. Tendré 30 años, o 35-36, y si continúo jugando me llamará seguir aprendiendo y viendo ese tipo de cosas. Al equipo lo veo muy bien. A lo mejor nos falta un poco ser ese equipo más agresivo y matador cuando golpeamos 1-2 veces. Cuando te pones por delante y tienen ellos esos 10-15 minutos en los que se sienten ahogados intentar hacer esa diferencia sobre todo en el marcador. Distanciarte 2-3 goles para asegurarte el partido. La Segunda División es muy complicada y al final te llega el minuto 85, una falta en contra, con uno menos como el otro día en Leganés, te sacan un centro...

Como contra el Andorra.

Claro. Y al final te queda la cara de que has hecho muchas cosas para irte con solo un punto. Nos falta, a lo mejor, esa confianza de decir que vamos a por el partido. Muchas veces tendemos a reguardarnos y proteger el resultado, pero creo también que se está viendo más la idiosincrasia que tiene la Unión Deportiva Las Palmas, más el estilo de juego asociativo, de estar todos muy cerca, de intentar formar triángulos, siempre aparecer un tercer hombre, que el portero salga jugando desde atrás... Aunque falle 20.000 veces hay que apoyarle porque esa es la idea que tenemos. Personalmente estoy muy contento y estoy fuera. Espero que cuando esté dentro siga igual y no cabreado con el mundo, que es algo que me suele pasar (ríe de nuevo).

¿Qué puede aportar Kirian a la idea de Luis García en Las Palmas para congeniar con ella e incluso ayudar a evolucionarla?

Lo he pensado y viendo a los chicos, que lo están haciendo muy bien, intentas decir :“¿Dónde puedo aportar?“. Todos están trabajando muy bien, sobre todo en el centro del campo con Loiodice, Amatucci, Iñaki y Cedeño, que lo están haciendo increíble. Quizás puedo ofrecer más mi veteranía o mi experiencia que realmente algo dentro del campo. Es probable que de todos ellos sea yo el que tiene un punto más ofensivo o juegue más alto, siendo ellos más posicionales.

En la entrevista con Diario AS de 2024 decía que de Pepe Mel aprendió lo que era el barro y a meter la pierna, de García Pimienta que sacó todo el jugo del trabajo de Pepe Mel… El año pasado con Luis Carrión y Diego Martínez, ¿qué aprendió para su presente como futbolista y para su futuro como entrenador?

Luis Carrión y Diego Martínez son dos personas excelentes y el trato ha sido buenísimo. Carrión es un fenómeno y un tipo encantador a la hora de gestionar el grupo. Esa idea que tenía de los laterales más profundos, de ser más alocados, abrir los partidos e ir a por ellos, como pasó en muchos duelos de principio de temporada con resultados de 2-3, 2-1… Ahora en Segunda División podemos ser capaces de tener ese tipo de partidos abiertos por el perfil de futbolistas que tenemos y alguna superioridad en individualidades al encarar en uno contra uno. Marvin Park es un tío que tiene una velocidad increíble y puede superar líneas. Luis nos entrenaba muy bien, e incluso parte de los primeros resultados Diego Martínez venían mucho del trabajo de Carrión en las semanas previas, donde manteníamos más la calma y el sitio. Muchas veces cuando no podíamos saltar a presionar, pues nos juntábamos entre todos, somos más bloque y nos comunicamos para tener esa unión. De Diego aprendí muchísimo de los posicionamientos y de los pequeños detalles. Trabaja muchísimo los pequeños detalles de frenar una carrera, tener un choque, evitar que en faltas laterales nos corrieran entre nosotros. A mí mismo, siendo mediocentro o cuando jugaba de mediocentro defensivo, me pasaba corriendo el mediapunta y avisaba al central y me posicionaba para lo que pudiera llegar.

Tras haber estado en varias prelistas de la Selección Española y haberlo rozado, ¿sueña con volver o siente que el destino le ha robado algo que le pertenecía?

Pienso que lo que está para ti, está para ti. Si se tuvo que quedar así y pasar fue por algo, ya sea bueno o malo para mi vida en sí. Siempre he dicho que mi sueño era llegar al fútbol profesional, que es muy difícil porque somos muchos niños con el mismo sueño y es muy complicado llegar, pero tuve la suerte de hacerlo aquí. Jamás en mi vida me pensaba ascender, jugar y ser capitán en Primera División, mucho menos en el 75ª aniversario del club y con compañeros con los que había compartido muchísimos años. Son anécdotas que se quedan y uno se guarda. Pienso más en el objetivo diario y en volver a jugar que en esas situaciones.

¿Que si el destino me robó ir a la Selección? Lo que está para ti, está para ti. Pienso más en volver a jugar que en esas situaciones".

Kirian Rodríguez

¿Qué le queda por conseguir a Kirian en su carrera?

(Sonríe) Bueno, no es que fuera un poco pesimista, pero sí quería ser realista. Jaime Mata me está ayudando mucho en ese aspecto cuando hablo con él. Siempre desayunamos juntos, tenemos una gran relación porque es una persona increíble y un profesional que aporta muchísimo a un grupo y a un equipo. Personalmente me está ayudando mucho cuando me insiste en que fue una persona que llegó con 29 años a Primera División y fue internacional con España tras estar en Primera con la edad que tengo ahora. Siempre me dice que tengo tiempo para volver a jugar 6-7 años en Primera División, y sobre todo porque piensa que tengo las condiciones y cualidades para poder hacerlo. Me ha trasladado la calma de hacerme ver que comió mucho barro y se le dio la oportunidad tarde y que si sigo siendo profesional y trabajando de esta manera lo mismo me quedan muchísimos años y puedo volver a disfrutar el fútbol de élite”.

Para quien le habla, tener éxito en la vida es que alguien hable de mí como me habló usted de Benito Ramírez, su compañero y amigo del alma. En aquel momento decía que sufriría mucho el día que no lo tuviera a su lado. ¿Qué sigue suponiendo Benito para usted? Y más ahora que no comparten el día a día en el vestuario…

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Muchísimo. El primer día que vinimos al gimnasio, donde siempre hacía parejas con él, vino Álex Suárez o Jaime Mata a preguntarme que a quién buscaba. Miraba para todos lados pensando en dónde estaba mi pareja de baile, que me faltaba alguien… Deportivamente lo añoro mucho, echo muchísimo de menos llegar por las mañanas y sentarme al lado de él para que me transmitiera esa felicidad y apoyo. Por mi cara sabía qué necesitaba en cada momento. Tuve la suerte esta semana, ya que está en Gran Canaria, de ir a verlo y conocer a su hija recién nacida. Pasamos de ser esos niños de la cantera a que ahora tenga su segunda hija y compartir esos momentos con él y con su pareja, que es otro encanto y una más de la familia, en el hospital. Es un hermano para mí, es sangre y lo trato como tal. Siempre bromeamos con que le deje al menos un tanto de herencia al hijo que es mi ahijado. Me viene bromeando y le dice al hijo que al menos deje un piso en La Aldea (ríe). Es un ser de luz y lo sigue siendo, le añoro en el vestuario, pero gracias a Dios siempre hemos separado la parte deportista y la personal para sernos sinceros sobre qué es bueno para el otro. Siempre nos hemos apoyado y hemos tenido esa capacidad de decirnos si toca salir, cambiar de aires o buscar algo diferente. En ese aspecto hemos sido muy claros los dos, a él lo necesitaba personalmente. Gracias a Dios lo puedo seguir teniendo fuera como amigo y aquí que cada vez que pueda me escaparé para verlo.

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