Irene Marín Luengo: “El embarazo no es una enfermedad”

La jornada organizada en pleno centro de Madrid por la Asociación de Futbolistas Españoles reunió voces clave del deporte, el derecho y la medicina para abordar cómo el embarazo sigue siendo un punto de fricción en la carrera de las deportistas. Entre testimonios y análisis legales, se puso de relieve que, pese a los avances normativos, la realidad aún está marcada por cláusulas discriminatorias, falta de apoyo institucional y la presión de los sponsors.

David Aganzo, presidente de la AFE, abrió la comparecencia dando la bienvenida y presentando a los ponentes, subrayando que la importancia del acto radica en que estos derechos han sido usados como elementos discriminatorios. Recordó que la AFE ha tratado de combatir desigualdades al negociar convenios colectivos y de desterrar la cláusula antiembarazo del Real Decreto 1006. Recalcó también una frase del Ministerio de Igualdad: “hace más falta hacer que hablar”, algo que en nombre de las mujeres señaló como la búsqueda de acción por parte de las deportistas.

Irene Marín Luengo inició con la frase “el embarazo no es una enfermedad, es una situación transitoria que si afecta a la mujer indudablemente”. Destacó que desde 2023 solo siete personas en el fútbol profesional han accedido a la prestación por hijo nacido, todas mujeres y ninguna futbolista, sino parte del staff técnico. Explicó un punto clave del Artículo 42, que protege los casos de embarazo en la última vigencia del contrato, permitiendo a la futbolista ampararse ya sea renovando o no con la entidad. Los clubes de la Liga F deben ofrecer los recursos necesarios para compatibilizar la relación laboral y maternal, y recordó que “las seis semanas al parto son obligatorias para los dos progenitores, si es obligatorio algo está pasando”. Añadió que “el puesto de trabajo es adaptable, no soy médico ni me atrevo a decidir cuando se termina el contrato de una jugadora, pero pueden haber entrenamientos especiales y ahí lo lanzo”, concluyendo que “es importante no dejar a nadie fuera” ante la falta de corresponsabilidad en el fútbol.

Ángel Chavarría, abogado de Senn, Ferrero, Asociados, expuso que el Artículo 4 de la ley del deporte establece tres pilares: proteger la igualdad antes y después del embarazo, crear políticas contra la discriminación y declarar nulas las cláusulas de antiembarazo, algo reciente pese a sonar arcaico. Recordó que el convenio colectivo de 2024 definió cómo debía actuar la Liga F en casos de embarazo gracias al mecanismo de la AFE, pero advirtió que en España aún no se cumple lo que parece obvio, lo que repercute en clubes y patrocinios. Mientras en Inglaterra la prórroga se aplicaba automáticamente, en España el derecho de imagen complica la situación, pues si la jugadora está en capacidad transitoria los sponsors suelen retirar su apoyo. Por ello, defendió la necesidad de respeto y naturalización hacia las deportistas embarazadas.

Blanca Manchón, velista olímpica y campeona mundial, relató cómo al quedar embarazada hace nueve años, lo que parecía una decisión aprobada por la Federación se convirtió en trabas: los patrocinadores y la federación dejaron de atenderla, haciéndola sentir “enferma” hasta que encontró una cláusula antiembarazo en contratos de imagen y equipo. “La realidad actual es muy diferente a las leyes, estamos en el limbo y no somos autónomas”, señaló sobre la falta de amparo. A partir de este testimonio, Ana de la Torre, médica deportiva, recordó cómo el miedo retrasa la maternidad al final de la carrera deportiva. En el fútbol, muchas jugadoras optan por conservar óvulos ante la dificultad de que los clubes acepten la maternidad, pese a las leyes, y por el impacto de no poder realizar ciertos entrenamientos con riesgos potenciales.

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