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DEPORTIVO ALAVÉS

Indignación en Vitoria tras un partido de reencuentros

El conjunto de Luis García Plaza se queja amargamente del penalti decretado por el colegiado contra Abqar y clama contra el estamento arbitral, con respeto, pero dolidos por los últimos partidos.

Vitoria
Sorloth celebra su gol.
Isabel InfantesREUTERS

El Deportivo Alavés viaja en estos momentos rumbo a Vitoria por carretera. En el autocar del club no se habla de otra cosa, del riguroso penalti que el colegiado ha pitado al marroquí Abqar por mano. García Plaza ha sido muy explícito en la rueda de prensa y el club, a instancias del Consejo de Administración, ha decidido emitir una nota de protesta que aúna esa decisión con otras de las últimas semanas. Por lo demás, el choque ha sido especial para mucha gente.

Fue un partido de bastantes reencuentros. Para empezar, el de Luis García Plaza con el club de sus amores. Siempre se ha manifestado como colchonero de corazón ya que el madrileño se formó como futbolista en aquella cantera y llegó a jugar con Atlético de Madrid B varios años. Antes del partido aprovechó para saludar en la grada a viejos conocidos.

En el conjunto albiazul hay un caso especial. Carlos Martín está cedido en Vitoria por los rojiblancos y salió de titular en el Metropolitano. Es un hombre de tatuajes y dos de ellos son el Rey Neptuno y el año de fundación del club madrileño. Al final del partido se intercambió la camiseta con su amigo Giuliano Simeone, con el que no llegó a coincidir el año pasado en Vitoria.

Manu Sánchez, que pertenece al Celta de Vigo y está prestado un año en Vitoria, también se formó en la cantera del equipo de la capital de España. En su caso, saludó a varios compañeros del club madrileño antes de comenzar el choque y pactó con Koke el intercambio de camisetas final. También está Mouriño, que ya es propiedad del Deportivo Alavés y que estuvo en el club del Metropolitano intentando asomarse al primer equipo. Lo hizo en algún amistoso, en un torneo Jesús Gil contra el Numancia.

Los atléticos con pasado albiazul también son varios. Al margen de Giuliano, hay que hablar de Marcos Llorente, que vivía en la zona de Armentia y que Ibai Gómez le puso el mote de “El marquesito”. Se ve que el de Santutxu le acompañaba todo el día y al final es al que le tocaba preparar las comidas y las cenas. A cambio, Llorente elaboraba zumos y combinados de frutas y cereales con gran valor vitamínico.

Pero es que procedía del Atleti también Samu Omorodion, que ahora ha recalado en el Oporto o, en su día, Theo Hernández, que llegó a comprarse un tigre de Bengala cuando estaba en Vitoria cedido por el Atlético de Madrid. El que es muy baskonista es Griezmann, desde que pertenecía a la Real Sociedad. Solía acercarse al Buesa a animar al equipo de baloncesto. El año pasado, sin ir más lejos, presenció un partido de Euroliga aprovechando un parón de selecciones con ventana FIFA. No había ido con Francia por una pequeña lesión.

Los parabienes y abrazos terminaron con una nota de prensa redactada desde Vitoria en la que se muestra el malestar, con todos los respetos, con el estamento arbitral por algunas decisiones tomadas a lo largo de la temporada. El VAR no está dando la razón al club vitoriano en casi ningún momento y la situación clasificatoria, con trece puntos, también invita a esas protestas.

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