Hassan, víctima de un episodio racista en su vuelta a Gijón
El Sporting espera el informe de la Policía y LaLiga para tomar medidas contra la aficionada que profirió insultos graves contra el jugador del Oviedo.
Que la vuelta de Haissem Hassan a Gijón iba a traer cola era algo esperado e irremediable. Pues bien, ese regreso ha dejado marcado este primer derbi asturiano de la temporada porque el futbolista franco-egipcio ha sido víctima de graves insultos racistas que se encuentran bajo investigación. El Sporting se encuentra a la espera del informe de la Policía y LaLiga para decidir la medida a adoptar contra la aficionada que fue captada por una cámara de la retransmisión de televisión mientras insultaba al actual jugador del Oviedo, que la pasada temporada vistió de rojiblanco.
El incidente investigado se produjo en el minuto 65 de partido, como se puede ver en la imagen de televisión, cuando Hassan disputaba el balón con Cote en la línea de fondo de la portería situada delante de la Tribuna Norte, el fondo del Piles. La disputa acabó en saque de puerta, pero con Hassan muy cerca del público que tuvo que soportar un momento más de los muchos que tuvo escuchando improperios de todo tipo. La cámara recoge en ese instante a una chica que parece llamar “mono de mierda” al jugador.
Cuentan desde el Sporting que el departamento de Seguridad de LaLiga es el que advierte de este suceso que iba a ser investigado y a raíz del cual decidió hacer público un comunicado. “El Real Sporting trabaja para localizar a la aficionada que ha insultado hoy a un jugador visitante”, anunciaba la entidad gijonesa. “Nuestro club no tolera ninguna manifestación de racismo. Ya estamos investigando lo sucedido”, añadía la nota que cerraba con un aplauso y el agradecimiento “al comportamiento general de nuestra afición”.
Lo cierto es que Hassan padeció en Gijón muy probablemente el recibimiento más hostil que haya podido sufrir desde que es futbolista. El primer momento fue la pitada ensordecedora, el estruendo enorme en la grada, que se escuchó cuando por megafonía se cantó su nombre entre los reservas del Oviedo y aparecía en el videomarcador; después fue increpado cuando accedió al banquillo (foto) y durante su calentamiento, en el descanso, hasta que volvieron a subir los decibelios cuando ingresó en el terreno de juego porque fue uno de los cambios azules en el intermedio. Ya en juego, fue pitado de forma constante cada vez que tocaba el balón.
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