Francia respalda a su Tebas

La Asamblea General del Consejo de Administración de la LFP francesa ratificó a Vincent Labrune para las próximas cuatro temporadas como presidente de la LFP. El dirigente galo, que llegó al cargo en 2020, se impuso holgadamente en la votación a Cyril Linette, competidor que había entrado a última hora en las elecciones, pero que, por falta de apoyos, finalmente no ha podido ni competir contra el reelegido como presidente federativo.

La gestión reciente de Labrune, en el cargo desde 2020, había suscitado grandes críticas, principalmente por el fiasco de la licitación de los derechos televisivos del fútbol francés para las próximas cinco temporadas, 2024-2029. La LFP, en septiembre, sacó una licitación con el objetivo de alcanzar los 1.000 millones de euros entre los derechos nacionales e internacionales, pero la falta de compradores le obligó a negociar individualmente con los distintos operadores, alcanzando la cantidad de 500 millones en junio.

De esos 500 millones, en total, los clubes de la Ligue 1 recibirían únicamente 178 millones tras realizarse distintas deducciones. Labrune, además, también recibió una lluvia de críticas tras haber acordado con CVC un acuerdo por el cual el fondo de inversión, a cambio de 1.500 millones de euros, ostentaría el 13 % de los ingresos comerciales de la Ligue 1, un 20% de los derechos televisivos durante el presente ejercicio.

El acuerdo, que es objeto de investigación por parte del Senado, también concitó un sinfín de críticas porque Labrune anunció que su sueldo aumentaría de 300.000€ anuales a 1,2 millones de euros. La primera medida que ha anunciado el presidente electo es que dicha cantidad bajará en las próximas semanas, sin confirmar el porcentaje de la reducción. El dirigente, a su vez, recibió una comisión de 3 millones de euros tras rubricar la firma con CVC, mientras que el Le Havre, el único club de la Ligue 1 que se opuso, apenas ingresó 1,5 millones de euros.

El aumento de la piratería y el precio para ver el fútbol francés ha sido otra de las decisiones que han desembocado en una crítica feroz de la opinión pública francesa hacia Labrune. Esta temporada, el precio para poder ver toda la Ligue 1, los nueve partidos, asciende a 55 millones de euros sin permanencia, 40 por DAZN, que ostenta ocho partidos, y 15 por BeIN, que tiene a las 17:00 horas el sábado un encuentro de la primera división del fútbol francés. El canal qatarí todavía no ha pagado ni un euro del contrato que firmó en junio para retransmitir el fútbol francés.

“La Liga, los clubes y las familias han decidido que sea presidente. Así son las cosas, es el mejor presidente que tenemos, creo. Queremos seguir trabajando juntos, para cambiar las cosas también. Es muy importante para todos. Tenemos que cambiar las cosas”, declaró, tras la Aseamblea General de la LFP, Nasser Al Khelaïfi, presidente del PSG. El presidente del Le Havre, por su parte, afirmó que “es una farsa” la reelección de Labrune.

El fútbol francés, por tanto, tendrá durante las próximas cuatro temporadas el mandato de un Vincent Labrune que ha recibido una oleada de críticas después de darse a conocer el resultado de la elección de la Asamblea Nacional. El mandatario deberá mejorar ostensiblemente su primer mandato, porque de lo contrario podría sumir al fútbol francés en una crisis sin precedentes que ya ha hecho acto de presencia desde hace meses. Una reelección incontestable, pero con muchos incendios sin apagar.

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