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ATHLETIC

Fernando Llorente cuelga las botas

Deja atrás una experiencia en tres países, seis títulos con clubes, una Eurocopa y un Mundial con España. Salió por la puerta de atrás en el Athletic

Fernando Llorente cuelga las botas

Es un tipo discreto y soltó la bomba hace un par de días en Movistar+ antes del PSG-Bayern de Múnich. “¿Ya no te veremos más de corto?”, le cuestionaron a Fernando Llorente“, Y no dudó en responder: “No, no (risas). Lo tengo claro”. Otro campeón del mundo que se hace a un lado, uno de los grandes que ha vestido la camiseta del Athletic. El exdelantero (Rincón de Soto, 26 de febrero de 1985) se va en silencio, como a él le gusta, sin una declaración pública ni una ceremonia. “Estoy feliz y contento. Llevo ocho meses parado desde que dejé el Eibar en junio y estoy viendo qué me gusta ahora que he dejado el fútbol”, zanjó. Después explicó que intenta hacer deporte y jugar al pádel. También remarca que se siente cómodo en un plató de televisión. Va a ejercer de comentarista. Cumple 38 años en breve y atrás quedan casi 20 de trayectoria profesional, con más de 650 partidos, casi 200 goles, experiencias en grandes equipos de Europa y la guinda, un Mundial con España en 2010. En total, tres países, seis títulos con clubes, una Eurocopa y un Mundial con España.

Entró en Lezama con 12 años y se marchó con 28. Llorente comenzó su andadura profesional en el Bilbao Athletic (2004-05). Ese mismo año subió al primer equipo y defendió la camiseta de los leones hasta la 2012-13. El 16 de enero de 2005 Ernesto Valverde le hizo debutar en un partido contra el Espanyol y tres días después hizo su primer ‘hat-trick’, al Lanzarote en la Copa. Se destapó pronto como un ‘9′ clásico, con 195 centímetros que le hicieron dominar el arte del remate de cabeza. Su crecimiento le hizo internacional justo en la época dorada de La Roja, coronándose en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 y en la Eurocopa 2012. Para el recuerdo sus minutos frente a Portugal en octavos de final del Mundial, que desatascaron el camino hacia el título. San Mamés celebraba la llegada de un ariete de los de siempre, eso que ahora tanto escasea, era el sucesor de Urzaiz y el hombre puente hasta la vuelta de Aduriz.

Aunque le costó explotar, incluso con algún mal gesto de Clemente cuando le dirigía, llegó a cautivar a la grada, con 29 goles en la temporada 2011-12 entre Liga, Copa y Europa League con Bielsa en el banquillo. Llegó a la cúspide y despertó el interés de varios equipos. El Athletic no le dejó salir y la campaña 2012-13 fue tormentosa, un anticipo de lo que han vivido posteriormente Areso, Remiro y, hoy en día, Iñigo Martínez. Atronaba el “Y Llorente, qué” burlesco. Rechazó una oferta de renovación millonaria que primero le propuso Fernando García Macua y después Josu Urrutia. Después se fue a la Juventus, en la 2013-14, y empezó a ganar trofeos a nivel de club. Debutó en la Champions y cosechó tres títulos de liga, dos Copas en el país transalpino y dos Supercopas. Por si fuera poco, llegó a la final de Champions, aunque perdió frente al Barcelona (1-3), jugando cinco minutos. Luego pasó por el Sevilla, en la 2016-17, en un curso que se saldó con la consecución de la Europa League.

Fernando tuvo que luchar contra muchos muros. Le costó un mundo entrar en los planes de la ‘Vecchia Signora’, hasta tal punto que algún periódico se preguntó si lo habían fichado simplemente por ser guapo. O con una polémica con Evra, quien para explicar por qué la homosexualidad es un tema tabú en el fútbol, el galo no dudó en hablar del día en el que supuestamente Llorente lloró en un avión: “Eso no significaba que Fernando no estuviera preparado para luchar en un combate. En el fútbol, no puedes mostrar debilidades o diferencias, de lo contrario parecerás vulnerable. Hay una masculinidad tóxica. No nos damos cuenta del daño que hace a la salud mental de los jugadores. Sobre todo porque utilizamos constantemente el vocabulario de la guerra, comparando los partidos con las batallas”.

En verano de 2017, decidió probar una nueva aventura y jugar en el Swansea de Premier. Sus 15 tantos le hicieron llamar la atención del Tottenham, con el que pudo disputar otra final de Champions. Lo hizo en 2019, pero de le resistió de nuevo, frente al Liverpool, con 9 minutos sobre el verde. No tuvo un gran protagonismo en White Hart Lane, pero su presencia revolucionó bastantes encuentros. Por ejemplo, recibió elogios tras la actuación en la semifinal de esa Champions. Posteriormente volvió a Italia (Nápoles 2019-2020) y Udinese (2020-21). Su última etapa fue en el Eibar, de Segunda División, la pasada campaña, aunque le costó entrar en los planes de Garitano. Hace ocho meses acabó contrato y ahí, tras sonar por varios equipos como el Sporting de Abelardo, decidió poner fin a su carrera.