Febrero de descompresión
El Girona afronta un mes crucial para despegarse del descenso. Se enfrenta a Valencia, Cádiz y Almería, que son rivales directos por la permanencia. Cerrará el mes, a domicilio, ante el Athletic.
Si las temporadas son un viaje, tal y como indica Míchel, el Girona debe utilizar este mes de febrero para despegar. Tras la difícil cuesta de enero, en la que el bloque rojiblanco solo ha ganado uno (ante el Sevilla) de sus cuatro partidos de 2023, este domingo, contra el Valencia, arranca un mes crucial para el futuro. Y el motivo es que deben enfrentarse a tres rivales directos por la permanencia como Valencia, Cádiz y Almería y dirán adiós a febrero, a domicilio, contra el Athletic.
El descenso no permite tropiezos y es que quema. Resta una vuelta completa de Liga y, actualmente, el Girona mira más hacia abajo que hacia la zona tranquila. Tiene solo dos puntos de ventaja respecto a los puestos que conducen a Segunda y ello ha provocado que crezca el nerviosismo. Febrero ha de ser clave para sacudirse esta presión de encima. Pero partido a partido. Este domingo llega un Valencia que pasa por un momento muy delicado. El pasado jueves cayó ante el Real Madrid y los ché tienen el descenso a un punto. El Girona suma un punto más que los de Voro y, precisamente, esa presión que se siente en Valencia es la que tratará de explotar un Girona que espera que Montilivi le impulse. En la pasada jornada, ante el Barça, hasta 13.402 espectadores se dieron cita en el feudo rojiblanco y se pondrá a prueba a la afición gerundense. Incluso hay cierta sensación de revancha en el vestuario porque en la primera vuelta, el Valencia, les ganó 1-0 con un gol de penalti, discutido, de Carlos Soler, que ahora milita en el PSG.
Todos los focos, sin duda, están puestos en el duelo ante el Valencia porque una victoria podría catapultar al Girona y dar oxígeno a un gupo que después visitará al Cádiz, que actualmente marca los puestos de descenso. Y después, recibirá al Almería en Montilivi. Un calendario que marcará el futuro en la Liga de un bloque que no esconde que vivirá 14 días trepidantes en los que toca sumar los máximos puntos posibles para no pisar un descenso que arde. Se quiere llegar a Bilbao, a final de mes, con los dos pies en puestos de permanencia.