El vestuario culé, desatado: “¡Vamos a por ellos!”

Tras el gran triunfo del miércoles ante el Bayern de Múnich (4-1), el gran reto de Hansi Flick ha sido aislar a su vestuario del ambiente de euforia desatada que vive el barcelonismo. Sin embargo, y pese a los intentos del alemán de rebajar la euforia, la plantilla no está siendo ajena del optimismo que se ha instalado en la ‘culerada’. Los más jóvenes son los abanderados de esta euforia dentro del vestuario. Y es que no hay que olvidar que muchos de ellos todavía no saben lo que es ganar un Clásico. Futbolistas como Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Fermín López o Marc Casadó no han podido saborear todavía una victoria contra el máximo rival -evidentemente no se cuentan los amistoso de pretemporada-, por lo que afrontan este partido con una motivación especial, conscientes que este sábado pueden dar un golpe definitivo en la mesa.

“¡Vamos a por ellos!”, es una de las arengas que más están sonando dentro del vestuario en estos últimos días. Un grito de guerra que tiene un punto de revancha para muchos, ya que los últimos Clásicos se han sentenciado a favor de los blancos: los dos de LaLiga del curso pasado (1-2 y 3-2) y el de la final de la Supercopa de España (1-4).

Estas tres derrotas han dejado un mal cuerpo en la plantilla, que quiere reivindicarse lo antes posible y hacerlo además en las mismísimas narices del máximo rival, como no hace mucho hacía de manera sistemática Leo Messi: hasta el punto que el Bernabéu se etiquetó como el ‘jardín de Leo’ por las continuas exhibiciones del astro argentino en el coliseo blanco.

Los más veteranos se han sumado a este ambiente de euforia colectiva que se ha instalado en el vestuario, pero aportando unas dosis de sentido común. Asumen que el partido llega en el mejor momento de la temporada para el equipo, pero también que no se puede uno fiar nunca del Real Madrid y mucho menos darlo por muerto. De ahí, que intenten contener los mensajes grandilocuentes que envían los más jóvenes y poner un poco de ‘seny’ a tanta ‘rauxa’. “Va a ser un partido muy duro”, apuntan.

También Hansi Flick y el resto del staff está intentado canalizar esta euforia de una manera positiva, en el sentido de máxima confianza del equipo en sus posibilidades, pero siempre respetando al rival y teniendo claro que sin el máximo esfuerzo y compromiso no se puede conseguir los objetivos.

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