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El susto se va, queda el orgullo

Pregunto: ¿Se puede estar muy contento y al mismo tiempo un poco cabreado por la victoria de tu equipo? Respondo: Sí, se puede. Tuve la ocasión de experimentarlo tras el triunfo valiosísimo de la Real Sociedad en el Sánchez Pizjuán contra el Sevilla. También os digo que según pasan las horas el enfado va desapareciendo y la alegría va aumentando. Queda el orgullo. Porque independientemente de lo que me hubiera gustado que sucediera, lo que queda es el triunfo, de prestigio y siempre complicado, en un escenario que tradicionalmente se le da fatal a los txuri-urdin, y sobre todo lo que ello conlleva: llegar al parón en la competición por el Mundial de Qatar con 26 puntazos y en puestos de Champions League.

Y es que al final termina por prevalecer es el orgullo que siente uno al ver lo que ha vuelto a hacer esta Real Sociedad de la mano de Imanol. Llegar a estas alturas de temporada con 26 puntos en la Liga y terminar al mismo tiempo líder en su grupo de la Europa League y clasificándote directamente para los octavos de final es una pasada. Como suele decir Imanol se acaban los calificativos hacia estos jugadores. Y lo que han hecho no es de 10, es de matrícula de honor. Con una plaga de lesiones que ha acribillado a la plantilla y con una carga de partidos infernal, estos jugadores han sacado todo lo que tenían dentro, se han exprimido para conseguir algo sin precedentes en este club. Han salvado la primera parte de la temporada de una manera impresionante, colocándose en una posición privilegiada para soñar cuando se retome la competición a finales de diciembre. Después quedará mucho, pero que nadie le quite lo que ya ha hecho esta Real Sociedad. Va a comer el turrón en puestos de Champions League. Ojalá luego sea capaz de rematarlo. Realmente creo que se lo merece.

Pero una cosa no quita la otra. Estoy feliz por la victoria. ¡Cómo para no estarlo! Vale su peso en oro ganar al Sevilla en su casa. Pero en esta vida hay que ser autocríticos, y reconocer que quizá la Real no eligió la manera más adecuada de encarar la segunda parte contra el Sevilla. Tenía enfrente un rival tocado y herido casi de muerte, que jugaba con dos jugadores menos por las expulsiones (justas según el reglamente y lo que le pasó a Aritz la jornada anterior) de Rakitic y Nianzou, y al que ganaba por 1-2. Todos esperábamos que saliera a darle la puntilla cuanto antes tras el descanso y así evitar apuros innecesarios, sustos evitables contra rival con nueve futbolistas. Y a decir verdad, la Real tuvo ocasiones para sentenciar el partido, pero no estuvo atinado de cara al marco defendido por Bono. Pero la realidad es que la segunda parte me puso muy nervioso, y creo que a muchos otros realistas también.

No entendí que se eligiera la opción de tratar de dormir el partido para desde ahí buscar los huecos que iban a aparecer al tener superioridad numérica. Porque eso creo que lo que provocó es dar vida a un rival que no la tenía. Se jugó con fuego de manera muy arriesgada e innecesaria. Puedo entender que se quisieran minimizar errores y evitar que el Sevilla aprovechara alguna contra con la Real lanzada a por el triunfo, cuando eso tampoco era necesario. Pero hay un término medio entre eso y lo que se hizo, ¿no les parece? A mí la segunda parte me puso muy nervioso, y creo que ese sufrimiento era evitable. Aunque no obviemos tampoco una cosa, por mucho que se jugara con dos hombres más, el equipo seguía muy castigado físicamente y las fuerzas ya le daban para poco más, después del infernal calendario que han sufrido sus jugadores.

Con el piloto en reserva, se hizo lo que se pudo, y probablemente de haber metido algunas de las muchas ocasiones se fabricaron (Silva en boca de gol, Brais al palo, Kubo con disparos desde fuera del área, el mano a mano de Pablo Marín...) ahora no estaríamos hablando de todo esto. Y puede también que un poco entrara el miedo a perder lo que tenías cuando lo veías tan claro. Pero aún y todo no era necesario sufrir tanto. Todo terminó bien, que al final es lo que cuenta. Aunque es conveniente analizar también cómo pasó. Para seguir aprendiendo. Porque esta Real está hecha para grandes cosas. De momento, las está haciendo. Ahora, descansar y seguir soñando a lo grande