El Sevilla agranda su ruina

La publicación de los límites salariales tras el mercado invernal ha sido un choque de realidad para el sevillismo. Una llamada a poner los pies en el suelo a aquellos que incluso sueñan con que el equipo vuelva a Europa dada la clasificación y el más que aceptable hacer de García Pimienta y su tropa. Eso no se corresponde en los despachos y la mejor muestra es que si el Sevilla era en verano el último equipo de Primera y Segunda con un paupérrimo límite salarial de 2,5 millones de euros, ahora lo sigue siendo pero con unos ridículos 684.000 euros.

Mientras que en el club se llenan la boca con el discurso de la reducción que se ha realizado en el coste de una plantilla, que ahora es de 109 millones de euros cuando llegó a ser prácticamente el doble, el límite salarial vuelve a recordar que el Sevilla está sumido en la ruina. Por mucho que se afirme que a nadie que esté arruinado Goldman Sachs le presta 108 millones de euros, lo cierto es que ese préstamo fue suscrito para no entrar en causa de disolución y que, por supuesto, habrá que devolverlo con cuantiosos intereses.

El límite salarial se obtiene de la resta entre ingresos y gasto no deportivo. Y esa resta en el Sevilla da como resultado 684.000 euros para gasto deportivo. Lo curioso es que esta bajada se produce después de que el Sevilla haya encontrado patrocinador, se haya quitado de encima las fichas de Montiel, Iheanacho, Barco o Navas y después de haber podido fichar a Vargas y Akor Adams. La incapacidad para generar ingresos sigue lastrando a un club que no es capaz de vender a sus estrellas, como Badé, por cuantiosas cantidades ni de reducir el coste de los descartes, a los que se acaba regalando.

Todo ello aviva la lucha accionarial y, como es lógico, reactiva a un Del Nido Benavente al que los actuales gestores no paran de dar vida. “Ni un día más de esta vergüenza”, afirmaba el ex presidente recordando que su hijo y actual máximo mandatario, Del Nido Carrasco, cobra un millón de euros de sueldo del club. Pocas soluciones se atisban a corto plazo en este Sevilla con telarañas en sus arcas, que no en sus bolsillos. Quizás un poco de claridad por parte de los mandatarios explicando públicamente lo que sucede se agradecería. Sin embargo, y continuando con la táctica de la avestruz que mete la cabeza bajo tierra que se inició con la negativa a valorar el mercado invernal, el límite salarial tampoco será analizado. Sálvese quien pueda.

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