El sacerdote que abraza la religión blanca
José Antonio Jiménez ‘Quillo’ es el presidente de la peña madridista toledana ‘El Buitre’, donde se rinde culto a la figura de Emilio Butragueño desde hace 39 años.
José Antonio Jiménez, ‘Quillo’ para el amplio abanico de contactos que se teje a su alrededor, es un madridista inusual. El párroco de la iglesia de San José Obrero, una de las más transitadas en Toledo, tomó posesión en el mes de junio del cargo de presidente en una de las peñas madridistas más célebres de la ciudad Imperial: ‘El Buitre’. La institución, que cumplirá en junio de 2024 su cuarenta aniversario, rinde homenaje a la figura de un Emilio Butragueño que aceptó el padrinazgo de buen grado cuando todavía era una joven promesa por consagrar.
Hace poco más de una semana, la peña organizó una cena de celebración con sus casi 300 socios. No faltó representación institucional como tampoco lo hizo el propio Butragueño, para quien Quillo no cesa sus elogios. “Es una persona a la que no hace falta llamar. Se le escribe y ya está”. Su relación es tan íntima que el sacerdote fue el encargado de oficiar en el Cerro de los Ángeles una misa por la memoria de Emilio Butragueño Benavente en la que estuvieron los miembros de ‘La Quinta del Buitre’ y Florentino Pérez.
Asiduo en los partidos en el Santiago Bernabéu siempre que sus responsabilidades eclesiásticas le dejan, Quillo asegura que la peña le permite “reunirse con mucha gente alejada de la iglesia”. Incluso se atreve a reconocer que lanza plegarias para que el Real Madrid tenga suerte, aunque nunca se le ocurriría “llevar una cruz al campo para que interceda en un penalti”. También demanda respeto en los viajes, exige el máximo cumplimiento de la moralidad y se aleja de los símbolos religiosos que utilizan los jugadores para atraer a la suerte porque, como él cuenta, “de nada sirve que te santigües 14 veces si no tiras bien el penalti”.
El sacerdote bromea sobre la presencia de aficionados de otros equipos en sus liturgias, pues para él el fútbol no es sino una manera de “llevar el Evangelio al mundo del deporte”. De hecho, es esa solidaridad con el prójimo la que le ha hecho tomar el mando por petición del histórico presidente de la agrupación, Paco del Río.
Junto con las otras dos peñas de la ciudad, ‘La imperial’ y ‘El Tricornio’, tienen entre manos apoyar a Toledo para que se convierta en Ciudad Europea del Deporte. Un proyecto en el que van mano a mano con el Ayuntamiento y para el que le han pedido a Butragueño organizar algún acto de carácter benéfico con veteranos. Mientras tanto, solo les queda encomendarse a un Bellingham al que Quillo rehúsa catalogar como ‘Dios’, pero del que reconoce sus virtudes como líder: “Está capitaneando desde dentro y se le ve un señor”. En eso, quizás, les recuerde a ‘su Buitre’.
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