El Rayo conquista EE UU
El curso ‘Antropología del deporte en España’ incluye un paseo por Vallecas. A los alumnos les sorprende “la cercanía del equipo con la afición” y “que no haya venta online”.
El Rayo no solo se ve y se siente, también se estudia. Más concretamente, en el curso ‘Antropología del deporte en España’, que se imparte en CIEE (Council on International Educational Exchange) y cuyo máximo responsable es Rodrigo Marciel, periodista de DAZN y Onda Madrid. Este es el segundo año en que sus alumnos estadounidenses pasean por las calles de Vallecas, conociendo los orígenes y la historia del club franjirrojo y su relación con el barrio. Asoman las caras de asombro y se suceden las fotos y las preguntas, porque el Rayo entra en examen.
“Los alumnos están acostumbrados a recibir mucha información de los logros de Real Madrid o Barça, pero no de las conquistas sociales y el activismo de un club como el Rayo”, explica Rodrigo Marciel, que sabe que este tour es uno de los platos fuertes del curso: “Solemos visitar Vallecas después del Bernabéu o el Metropolitano y sus caras de sorpresa son enormes. Lo que más les llama la atención es la cercanía de la afición con los jugadores, que no exista la venta online de entradas, que juegue la Conference y que la tienda siga como está. Para ellos, el Rayo es un milagro en medio de la globalización actual”.
El punto de partida es el mosaico de Wilfred y el destino final, la casa de la familia Huerta. Esta vez, el bullicio en la calle de Payaso Fofó y en la Federación de Boxeo desvelan el rodaje de una serie de Netflix sobre Poli Díaz. No le falta ni un ingrediente al paseo. “Me llamó la atención el sentido de comunidad. Había oído hablar mucho del Rayo a los padres de mi hermana de intercambio, puesto que viven cerca de aquí. Se nota que es muy especial no solo para el barrio, sino para la cultura española en general”, reflexiona Frankie Witham.
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El alumno, procedente de Minnesota, cayó rendido a los encantos de la Franja. “Me pareció fascinante su lucha contra el racismo”, destaca Frankie. Su compañera Aimee Ayala subraya lo diferente que es Vallecas: “Me dio la sensación de haber sido transportada a una ciudad completamente nueva y acogedora. Los dueños de las tiendas hablaban con los clientes con naturalidad. Me encanta su diversidad”. Todos ellos prometen volver al barrio porque, sin duda, atrapa.
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