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COPA DEL REY | FINAL

El origen de los colores de Osasuna: ¿por qué visten de rojo y desde cuándo?

Los jugadores del equipo navarro son conocidos como los ‘rojillos’ y su ímpetu es admirado por medio mundo

El origen de los colores de Osasuna: ¿por qué visten de rojo y desde cuándo?
OSKAR MONTERODiarioAS

Osasuna equivale a pasión, arrojo, orgullo... y al color rojo. El Sadar, sin ir más lejos, está gobernado por ese tono. De hecho, la iniciativa ‘Muro Rojo’, propuesta por OFS Architects con la colaboración de VDR, fue la triunfadora para la última reforma emprendida en el estadio, en 2020. La fundación de Osasuna data de 1920 cuando se produjo la unión de dos clubes navarros, la Sociedad Sportiva y New Club, una fusión que tuvo lugar en un bar, el antiguo Café Kutz de la Plaza del Castillo. Si algo tenían claro en el nuevo equipo formado en Pamplona es que debía lucir los colores de la bandera de Navarra. Por ello, la elección del rojo para la camiseta se ha mantenido intocable durante todos estos 103 años. Pronto, al cuadro pamplonés se le empezó a conocer por los campos de España como el conjunto ‘rojillo’ e, inevitablemente, sus jugadores y aficionados pasaron a adoptar el seudónimo de ‘rojillos’. Hasta cuando eligió mascota bautizó a esta como ‘Rojillo y luego promovió su versión femenina, ‘Rojilla’.

Sigue la final de la Copa del Rey en vivo y en directo, partido que enfrentará este sábado 6 de mayo a Real Madrid y Osasuna.

Desde el 24 de octubre de 2020, el Club Atlético Osasuna entra en el selecto círculo de clubes centenarios. Ocupa la decimocuarta posición en partidos en Primera en España, tras superar al Racing. En euskera Osasuna significa ‘la salud’. Siempre se ha definido como un club muy enraizado en su tierra. Junto a Athletic, Barcelona y Real Madrid, tiene el privilegio de ser un club de sus socios, no una sociedad anónima. Y ese peso que tiene la afición se refleja en el campo con un apoyo incondicional y fuera de él con un orgullo incomparable. Ya desde los primeros partidos en el campo de San Juan o en las más de cinco décadas que se llevan jugadas en El Sadar, ha dejado claro que se trata de un club de cantera, con un ADN muy propio. Eso sí, en la era reciente ha contado con un ramillete de jugadores extranjeros de primera línea europea, como Urban, Robinson, Nekounam, Aloisi, Plasil, Milosevic, Webó, el ‘Rifle’ Pandiani, Chimy Ávila y Budimir, el fichaje más caro de la historia en Pamplona, con un desembolso de ocho millones de euros.

Por el banquillo de Osasuna también han pasado hombres que han dejado huella: Brzić, que logró la primera clasificación para la UEFA; Pedro Mari Zabalza y su histórica frase “si nos confiamos, somos muy malos”; las tres milagrosas etapas de Enrique Martín Monreal; Miguel Ángel Lotina y su ascenso en el año 2000; Javier Aguirre, con quien los rojos disputaron la otra final de Copa del Rey de las dos alcanzadas y escalaron al cuarto puesto en Liga; y un Jagoba Arrasate que en la actualidad cautiva por su naturalidad y su talante conciliador.

En los últimos años el club ha pasado de un descenso y un largo proceso judicial por mala gestión de sus anteriores directivos, incluyendo el amaño de partidos, a ir levantando el vuelo de la mano de Luis Sabalza en el sillón presidencial. Las dos últimas temporadas han sido ejemplares, volviendo a unir a equipo y afición. La institución vive ahora mismo un momento de estabilidad y el equipo responde en el campo. Levantar un título, por ejemplo el de mañana en La Cartuja, sería el colofón a una gestión que ha devuelto la sensación de que Osasuna es una entidad ejemplar.