El mal fario no cesa en la Real
Otro verano más el equipo donostiarra sufre una lesión de gravedad antes de empezar o recién comenzada la temporada. La baja de Silva completa una lista interminable.
A la Real Sociedad le ha mirado un tuerto de dimensiones gigantes. Sino no se explica lo que le lleva pasándole desde hace ya tiempo. Porque otro verano más, el equipo txuri-urdin ha sufrido una lesión de gravedad antes de empezar o recién empezada la temporada. La grave lesión de rodilla de David Silva, que le obliga a dejar el fútbol antes de lo que él deseaba, completa una lista tan larga que parece interminable. El mal fario no cesa en la entidad donostiarra.
Hay que remontarse, incluso, a la temporada en la que la Real Sociedad jugó por última vez la Champions League. Sucedió hace diez años. Entonces, el sustituto de Asier Illarramendi, que había fichado ese verano por el Real Madrid, eta Esteban Granero. El madrileño fichó con la temporada empezada y en el primer partido que jugó, uno de la fase de grupos de la competición europea, se lesionó de gravedad en su rodilla. A partir de ahí, raro es el verano en el que no le haya pasado alguna circunstancia parecida a la Real. Tiempo más tarde, también con la liga recién comenzada, un joven y prometedor jugador de la cantera debutaba en el primer equipo realista rompiéndose la rodilla en la primera acción en la que participaba de un partido en Ipurua. Era Martin Merquelanz, que empezó entonces un calvario con las lesiones que todavía hoy lamentablemente no ha superado.
El propio Illarramendi, a su vuelta de su corta etapa en el Real Madrid, también sufrió una lesión grave en verano. Fue una temporada en la que el derbi vasco llegó pronto, a principios septiembre, en San Mamés. El mutrikuarra se lesionó de gravedad en una acción en la que cayeron de manera fortuita en su rodilla. Fue el principio de una etapa llena de problemas físicos a la que le costó mucho darle la vuelta y que casi acaba con su carrera futbolística. Y luego ya están las más recientes. Hace dos temporadas, Carlos Fernández se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla en una acción fortuita en un partido amistoso a principios de agosto. Le costó un año volver a jugar y todavía hoy le cuesta llegar a su gran nivel. Y el verano pasado, cuando se marchó Alexander Isak al Newcastle, la Real fichó a Umar Sadiq. El nigeriano no pudo tener mejor estreno marcando el gol del empate contra el Atlético de Madrid. Pero en el siguiente partido también se rompió el cruzado. En Portugal volvió a jugar casi un año después. Y ahora ocurre lo de David Silva. Otro más para la colección de la mala suerte en la Real.