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CD LUGO

El Lugo, entre la parálisis y el desconcierto

Tras consumarse el descenso matemático del club se ha impuesto un “silencio stampa” en todo lo relacionado al futuro del equipo y la SAD.

Alberto Rodríguez, del Lugo.
PASCU MENDEZDIARIO AS

El pasado domingo se consumó el descenso matemático del CD Lugo. Con él se van once temporadas consecutivas en la categoría de plata del fútbol español que hicieron que, en la temporada actual, el Lugo fuese el decano de la categoría. Una semana después la sensación que desprende el CD Lugo es la de una parálisis a todos los niveles que preocupa a la parroquia albivermella. Si bien el descenso se oficializó tras la derrota ante el Málaga combinada con la victoria del Racing de Santander, el final era algo que llevaba ya tiempo asumido de modo virtual. Por ello, sorprende que desde la SAD no se aproveche para comenzar a esbozar al menos las líneas maestras del plan para la próxima campaña en 1º RFEF, o que al menos no se informe a la atribulada afición sobre ello. De momento, y como el título de la novela del gallego Manuel Rivas, todo es silencio.

A pesar de un descalabro deportivo sin precedentes, no ha habido pronunciamiento alguno al respecto desde la planta noble del Anxo Carro. Wagner Molina, señalado como arquitecto deportivo del equipo y cabeza visible del área tras la dimisión de Carlos Pita, sigue ocupando su puesto sin que por el momento se haya anunciado cual será su futuro. Sería profundamente llamativo que el máximo responsable deportivo del descenso de categoría fuese el encargado de planificar la próxima campaña, pero ante el silencio atronador de las oficinas albivermellas no se descarta ningún escenario. Tampoco se ha dado a conocer la situación contractual de la plantilla más allá de los jugadores que de modo natural terminan su vinculación. Se desconoce, al menos de modo oficial, cuantos componentes del primer equipo tienen clausula liberatoria por descenso o la idea del club al respecto de la remodelación de la plantilla.

En el aspecto comunicativo, más de lo mismo. Tras consumarse el descenso, el club tardo horas en sacar un comunicado, y fue al filo de las once de la noche del domingo cuando lo hizo a través de un texto impersonal pidiendo perdón a la afición. Nada más. Desde entonces, la única comunicación del club ha sido la continuidad de la tienda oficial la próxima campaña, algo bastante alejado de las principales preocupaciones del aficionado. De hecho, llama poderosamente la atención el silencio institucional ante el descalabro deportivo, sin ningún tipo de comparecencia publica ni del director deportivo Wagner Molina ni del presidente Tino Saqués. En redes sociales, todo ha continuado como si nada hubiese pasado, con los mismo tuits promocionales de siempre y sin ningún cambio de mensaje. Una especie de negación de la realidad que para nada se corresponde con el momento crítico del club.