El Granada es una trituradora de directores deportivos
Tras la marcha del lóngevo Juan Carlos Cordero han pasado siete ‘fichadores’ desde que la empresa china DDMC compró el Granada. Matteo Tognozzi es el octavo pasajero.
El Granada es una trituradora de directores deportivos. En 2016 Juan Carlos Cordero, tras siete exitosas temporadas, cambió el club de Los Cármenes por el Cádiz. En aquella época se produjo el proceso de venta del anterior propietario, Gino Pozzo, a la empresa china DDMC por 37 millones de euros. Desde entonces las cosas han sido otras.
En la etapa de Cordero como responsable en la parcela de fichajes el presidente era Enrique Pina. El Granada ascendió de Segunda B a Segunda 22 años después y del tirón a Primera tras 34 años de ausencia. Pero tras el cambio de poderes arrancó una etapa volcánica donde ser director deportivo era y es una profesión de riesgo. Nada menos que siete responsables en siete años. Y ahora llega el italiano Mateo Tognozzi, con paraguas abierto en un delicado momento deportivo.
De Piru a Tony Adams
El madrileño Javier Torralbo ‘Piru’ llegó a Los Cármenes con una rica experiencia como ‘scouting’ y hombre de fútbol. Pero se encontró con que se confeccionó una plantilla experimental con 22 nacionalidades diferentes porque Media Base Sports, la empresa de representación de Pere Guardiola, tenía ‘mucha influencia’.
Como el equipo no funcionaba Piru fue destituido, pese a que firmó por tres temporadas y asumió la dirección deportiva Tony Adams, leyenda del fútbol inglés, y que era responsable de la parcela deportiva en DDMC. No contento con perpetrar un desastre decidió nombrarse a sí mismo entrenador en lugar de Lucas Alcaraz. Siete partidos, siete derrotas y a Segunda.
Manolo Salvador
Tras el descenso la propiedad pensó en Manolo Salvador, un profesional competente conocedor de los entresijos de este mundillo. Pero no hubo regreso a Primera por la vía rápida. Y pese que el arquitecto del mejor Levante firmó por tres temporadas, también fue liquidado.
Para el segundo año en la división de plata Antonio Monterrubio, el entonces director general, apostó por Antonio Cordón. No era propiamente director deportivo sino un asesor externo que guio la política deportiva del Granada que propició la llegada de Diego Martínez como entrenador. Tras el regreso a Primera se volcó con la dirección deportiva de la selección de Ecuador. De ahí pasó al Betis para traer a Manuel Pellegrini, que levantó al equipo verdiblanco.
Y entonces emergió la figura de Fran Sánchez. Un inteligente ejecutivo que combinando despachos con dotes de observación y capacidad de trabajo, ayudó en los tres brillantes años de Diego Martínez donde el equipo alcanzó los cuartos de final de la Europa League. Pasó a ser gerente deportivo y asumió el rol de director deportivo. Le ‘invitaron’ a salir y se fue al Real Valladolid.
El siguiente fue Pep Boada. Con 17 años de experiencia en el Barcelona apostó por Robert Moreno. La temporada no salió y acabó en descenso. Boada dejó como herencia a Myrto Uzuni, que costó 3′5 millones de euros y ahora vale 25.
Nico Rodríguez cara y cruz
El heredero de Boada fue Nico Rodríguez. Y el asturiano se comió un marrón. El Granada asumía un nuevo descenso y era imprescindible adecuar una plantilla para la nueva realidad. Hubo que traspasar jugadores por los que se recaudaron más de 30 millones con ventas destacadas como la de Maximiano al Lazio (once millones de euros) o Milla al Getafe (cinco millones más cuatro jugadores). El ascenso fue posible gracias además a los 21 goles de Uzuni (herencia de Boada).
Pero en este ejercicio las cosas no han salido bien. El Granada tuvo que pagar 3,5 millones por la opción de compra obligatoria por Weissman (al Valladolid) y 500.000 más al Alanyaspor por Famara. A última hora se hizo un esfuerzo por Boyé (7′2 millones al Elche) y por Gonzalo Villar (1,8 al Roma). Un diseño de plantilla muy censurado por los resultados.
Y ahora llega Matteo Tognozzi, un italiano con 36 años de edad y dominio del idioma castellano y buenos contactos con la Juventus.
Nueva etapa en el Granada que preside Sophia Yang, tercera máxima responsable con nacionalidad china del equipo rojiblanco en estos siete años de aventuras y desventuras.
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