El gran día de Iñigo Martínez ante el equipo al que quiere ir
El central del Athletic vio frustrado el traspaso al Barça en verano y ahora espera a 2023 para marcharse gratis.
Mañana en el Barcelona-Athletic el foco se deposita en dos hombres. Por un lado, Valverde, que regresa al Camp Nou tras la destitución en 2020 cuando eliminaron al cuadro culé en la Supercopa. No le ha ido muy bien al equipo desde entonces. Y el otro nombre es Iñigo Martínez, que, salvo sorpresa, firmará en 2023 como azulgrana, a la segunda intentona.
El central ondarrutarra está cogiendo el pulso a la Liga después de perderse la pretemporada por lesión, en medio de decenas de informaciones sobre su posible pase al Barça. En Ibaigane sondearon la posible renovación, pero han encontrado la negativa del exrealista. La oferta del Barça de 15+5 fue rechazada y no se entró en más negociaciones, aunque ahora la parte financiera de la entidad sostiene que, a este ritmo y si no llega la clasificación para la Europa League, la dinámica es muy mala y la ‘hucha’ existente de 60 millones se va a dilapidar en dos años.
Iñigo es muy del gusto de Xavi y ha llegado a tiempo para recuperar la confianza de Luis Enrique y estar en el Mundial. En el último compromiso en el Coliseum ante el Getafe volvió a ofrecer un clínic de posicionamiento, agresividad y liderazgo. San Mamés ha asumido con naturalidad que el jugador que llegó para suplir a Laporte e incluso ha hecho olvidar a este, se va en junio. Es el mejor jugador del equipo e incluso ha hecho que den un salto de calidad Yeray y Vivian, pero ve que es su última oportunidad para ganar títulos y se prepara para hacer las maletas.
Su silencio es evidente. Solo ha hablado ante la prensa el 11 de septiembre en Elche y no le hizo mucha gracia al ser cuestionado sobre si se plantea renovar. “Hay mucho bla, bla, bla sin saber”, dijo. Y silencio férreo. “No creo que deba responder ahora. Está en manos del club y de mi representante. Estoy a gusto aquí”, regateaba el momento de apuro. Yeray le echo un cable ayer: “La situación que le ha tocado vivir a Iñigo no es nada fácil”.