El Girona, un equipo con denominación de origen La Masía

Vuelve el Barcelona a Montilivi cuatro temporadas después de su última visita y se encontrará a un Girona ‘amigo’. Hasta cuatro jugadores de la plantilla rojiblanca actual, Oriol Romeu, Santi Bueno, Valery Fernández y Arnau Martínez, lucieron años atrás la camiseta azulgrana y si se levanta la mirada hacia el palco, el presidente, Delfí Geli, y el director deportivo, Quique Cárcel, conocen también de cerca el club que este sábado será su rival. De estos seis solo tres estarán sobre el terreno de juego porque Santi Bueno no podrá jugar por sanción, pero todos podrán rememorar el pasado.

El futbolista que más tiempo estuvo en el Barça fue Oriol Romeu, de 2004 al 2011. Tras brillar en el Espanyol, el club azulgrana le fichó para el Infantil A. Fue quemando etapas, logrando un ascenso a Segunda con el filial de la mano de Luis Enrique, hasta que en 2011 se marchó traspasado al Chelsea. Un año antes, Pep Guardiola le hizo debutar con el primer equipo del Barça, pero no pasó de ahí. En Inglaterra sí logró hacer la carrera profesional deseada, especialmente en el Southampton. Lo cierto es que el filial se consideró su techo siendo culé, como el de un Santi Bueno que llegó en 2017 al Juvenil A del Barça y, aunque ese mismo año, logró debutar con el B, nunca logró asentarse. Se fue cedido al Peralada, filial años atrás del Girona, y de ahí al primer equipo, donde ahora se ha adueñado de la zaga.

Romeu y Santi Bueno lograron tocar el fútbol profesional con el Barça, pero Valery y Arnau se tuvieron que labrar sus caminos lejos de La Masía. Arnau estuvo desde Prebanjamín hasta Infantil y Valery, antes de cumplir los 15 años ya dio al paso al Girona. Aunque saben que ahí se les cerraron las puertas, a ambos les ilusiona jugar ante el Barcelona porque tienen recuerdos felices. Como los que también vivieron Delfí Geli, que puede destacar que Cruyff le hizo debutar en el Camp Nou el 31 de enero de 1990 ante el Oviedo, y un Cárcel que lució en el Barça C.

Míchel rechazó una oferta del Barcelona

No se entiende la carrera de Míchel como futbolista sin el Rayo Vallecano, pero hubo un año en el que pudo tambalear su historia con la entidad vallecana. En 1995, el Barcelona quiso firmarle y, a través de José Ramón Alexanko, se le presentó una oferta. Le quería para el filial, pero con vistas al primer equipo. La oferta era importante, también manejaba una propuesta del Real Madrid, pero al final dijo ‘no’ a todo y se quedó en el Rayo para seguir su camino y mostrar gratitud y sentimiento de pertenencia a un club que, por aquel entonces, ya le había permitido debutar en Primera.