El enfado de Kubo: de deseado a suplente en Cornellà
La estrella japonesa mostró su malestar por no ser titular contra el Espanyol con una celebración extraña. Llevaba seis meses sin marcar y cuando lo hace, es sinónimo de victoria para la Real.
Takefusa Kubo siempre da que hablar. Unas veces, las que más, por lo que hace sobre el terreno de juego. Y otras por lo que dice y hace fuera del campo. Y en algunas ocasiones, por ambas cosas. Es lo que ocurrió en Cornellà, en la victoria de la Real Sociedad contra el Espanyol. La estrella japonesa marcó el gol del triunfo donostiarra a falta de diez minutos con una gran jugada individual, aunque con algo de fortuna, y un golpeo mucho mejor. Y después protagonizó una celebración peculiar. Pero no al estilo de otras suyas que han dado que hablar anteriormente. Esta vez fue reivindicativa, mostrando su malestar por haber sido suplente en la segunda jornada.
Y es que Kubo ha pasado de ser deseado por media Europa, especialmente por el Liverpool, con el club donostiarra afanándose por mantener la tranquilidad y repetir hasta la saciedad que no había nada y que no negociaba con nadie; a ser suplente de manera sorprendente en la segunda jornada. Porque no se quedó en el banquillo porque mediara una lesión, sino por decisión técnica, como se encargó de aclarar después del partido el propio Imanol Alguacil. “Seguramente, corrió al centro de campo donde hay una cámara y se señaló la camiseta para dedicarle el gol a alguien”, añadió el entrenador de la Real, intentando quitar hierro al asunto. Pero el enfado de Kubo era tan evidente que hasta sus compañeros no tuvieron más remedio que reconocerlo al término del encuentro. “Ya he visto que Take ha puesto carita cuando ha sabido que no era titular. Pero luego ha salido al campo como hay que salir y nos ha callado la boca a todos con ese gol”, dijo Zubimendi con una sonrisa en la boca.
Eso fue lo mejor para la Real Sociedad, que independientemente de su reacción tras el gol, dirigió su rabia por ser suplente a reivindicarse con una gran jugada que supuso la primera victoria del equipo txuri-urdin esta temporada. Y de esa manera aumentó su espectacular estadística en la Real: que marque Kubo es sinónimo de alegría. Cada vez que ve puerta, puntúan, porque con sus goles le ha dado a los realistas 15 victorias y un empate. Son muchos puntos como para no tener contento a la estrella nipona, por lo que Imanol deberá tratar este asunto para que no termine afectando al vestuario. Aunque todos sus compañeros le arroparon tras el partido, y el club lo protegió no sacándolo a hablar ante los medios, cuando es habitual que lo haga cada vez que mete un gol. Y hacia mucho de eso, porque Kubo no marcaba desde el 18 de febrero de este año. Seis meses sin una alegría japonesa. La Real ya la echaba de menos.
Sea como fuere, Imanol se decantó por dejarlo en el banquillo. Tenía alguna molestia, pero nada importante. Y eso extrañó a todos. No es normal que una de tus grandes estrellas se quede en el banquillo en la segunda jornada cuando vienes de perder en el primer partido y todo lo que no hubiera sido ganar en Cornellà, provocaba un pequeño primer incendio, las primeras dudas a un proyecto en entredicho por la marcha de jugadores tan relevantes estos últimos años como Mikel Merino y Robin Le Normand.
No ha habido más salidas por muy poco. Porque el Liverpool amenazó con Zubimendi… y con el propio Kubo. El nipón es un jugador deseado por media Europa y la Real ha tenido que gestionar su situación para que se quede otro año más, después de la renovación de hace unos meses. Y opciones no le han faltado. También el pasado verano, cuando rechazó una súper oferta económica de Arabia. Y de repente te un jugador hipercotizado en el mercado aparece como suplente contra el Espanyol. De ahí su enfado. Apostó por quedarse… pero no para quedarse en el banquillo.
La Real siempre ha tratado su situación con suma delicadeza, porque si su aportación dentro del campo es fundamental, fuera del terreno de juego no lo es menos. Su impacto en temas de márketing es tremendo, como lo demuestra el país de procedencia de su patrocinador principal. O que la camiseta que más se vendiera la temporada pasada fuera con diferencia la suya. Así que haría bien la Real en evitar que Kubo, su gran estrella japonesa, estuviera enfadado. En todos los sentidos, es un jugador capital para este proyecto.
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