El Eibar sigue sin acorazar el área

Más de 70 fueron los minutos que el Eibar duró con la ventaja de un gol en el electrónico. Tiempo que parecía suficiente para sellar la primera victoria a domicilio del presente curso, hasta que un fallo de bulto le dejó con la miel en los labios. A Jair no le dio tiempo a reaccionar en la comprometida cesión a su pierna menos hábil y para cuando quiso enmendar la papeleta, el colegiado ya había señalado la pena máxima. Lo que supuso otro trastazo a balón parado para los armeros. Nada nuevo bajo el sol.

Concretamente, la mitad de los tantos encajados en la escuadra eibarresa han sido originados en acciones de pelota parada. Tres de córner, dos de saque de banda y otros tres de penalti. Errores propios de la falta de concentración en la defensa de un área cada vez más poblada, ya que en El Molinón cuajó uno de sus mejores partidos defendiendo cerca de la meta custodiada por Jonmi, pero que lastran sus opciones a domicilio.

Aun así, parece estar cerca de tener solución. En el nuevo esquema de San José, el Eibar renunció parcialmente a su presión más adelantada. Su ventaja le obligó a retrasar metros su bloque, aunque se hizo con menos balón del deseado. Uno de los principales problemas de que el Sporting conviviera tanto tiempo en campo rival. Pese al dominio rojiblanco, los armeros cerraron vías de escape por dentro, y especialmente en el área, donde la presencia de un nuevo central ayudó a repeler balones. Por lo que el ataque asturiano prácticamente se limitó a probarlo desde fuera.

Con la llegada de la segunda mitad, el Eibar pudo amenazar más al espacio, mientras que las circulaciones locales dejaron de ser tan efectivas. Hasta el punto de que con el paso de los minutos despresurizó su empuje hacia la portería armera. Y si lo hacía, ahí sobresalía el dominio por alto de Marco Moreno, Jair o Arbilla bajo el amparo de Sergio Álvarez por bajo. Más allá del error puntual, el equipo guipuzcoano dejó una grata impresión custodiando un territorio que otras noches parecía tener perdido. Pues, el 81% de los tantos recibidos han sido finalizados en su propia área.

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Esa “falta de contundencia en las áreas” es el aspecto que mejor explica una derrota cuando las sensaciones en el juego son totalmente contrarias a las que refleja el marcador. Seguramente el gran debe de los armeros lejos de Ipurua y que, de no mimarlo y cuidarlo en su totalidad, continuarán falto de puntos. Cada detalle cuenta, porque cada error se paga muy caro en la categoría de plata. Y el Eibar ya ha cometido varios hasta la fecha. Esos de los que no hay sistema que los subsane.

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