El Eibar regresa al lugar del crimen
Los armeros visitan Santo Domingo por primera vez, desde que un Alcorcón, ya descendido, le privara de su ascenso a Primera división, con un gol en el minuto 92.
El desenlace de la temporada 2021/22 no fue apto para cardíacos. Almería, Valladolid y Eibar se repartían las dos plazas que otorgaban la promoción a la máxima categoría. El equipo restante, caería en la última etapa, la más dura de todas, denominado como el playoff de ascenso. Ese conjunto no fue otro que la SD Eibar, siendo el equipo que en mejor situación se encontraba para consumar el ascenso. A los armeros bien les valía, la victoria, o sumar un punto y que Valladolid y Almería no lo hicieran. Ninguna de esas casuísticas se pudo dar, y el gol de Zarfino en el tiempo añadido acabó por enterrar las opciones eibartarras. El cuadro dirigido por Gaizka Garitano acabó mordiendo el polvo, llevándose un golpe de tal calibre como jamás se ha visto en la localidad guipuzcoana.
Cientos de aficionados azulgranas se desplazaron en masa, inundando así el municipio madrileño de bufandas y camisetas con los colores del equipo armero. El Estadio Santo Domingo firmó una de las mejores entradas del curso, donde la inmensa mayoría de espectadores eran fieles seguidores del cuadro eibartarra. El ambiente festivo, que se vivía en el hogar de un Alcorcón ya descendido, se fue diluyendo con el paso de los minutos, a la par que crecían los nervios a causa del marcador. Los transistores echaban humo. Las noticias que llegaban desde Butarque y Pucela, obligaban al Eibar a lograr los tres puntos. El gol no llegaba y los azulgranas temían lo peor. Hasta que un centro lateral de Hugo Fraile encontró el pie de Gio Zarfino y terminó por fusilar las aspiraciones azulgranas. Ni los más pesimistas podían imaginar un final así, lleno de crueldad, dolor y lágrimas.
Este domingo, los armeros vuelven al lugar de los hechos para verse las caras por vez primera con el Alcorcón. Hecho que no había sucedido desde aquel trágico día. Los Stoichkov, Arbilla, Sergio Álvarez, difícil olvidarán tal desenlace, pues la herida todavía perdura en su interior. La cita del domingo carece de la importancia que se vivía hace ya dos años, pero tiene la misión de sanar los corazones armeros maltrechos por lo vivido. En lo que será un paso más en su lucha continua por regresar a la categoría reina, de la que un día Gio Zarfino le arrebató.
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