El efecto Funes: de las aulas a los banquillos
Funes echó sus destinos como profesor antes de asumir el banquillo del Málaga. Desde su llegada, el equipo ha sumado cuatro puntos de seis posibles.
El Málaga ha sumado cuatro puntos de seis posibles en esta nueva etapa con Juan Francisco Funes como entrenador y su ayudante, Juan Carlos Andrés (debutó en Valladolid). Las circunstancias de su consecución fueron adversas. El Málaga derrotó al Mirandés en el 94’ con gol de Galilea y rescató un punto en Valladolid gracias al acierto de Adrián Niño.
Desde que en 2020 se hizo cargo del Atlético Malagueño, filial blanquiazul, ha impulsado su labor formadora dentro y fuera de los terrenos de juegos. Por una parte, profesor; por otro lado, puliendo futbolistas, muchos de ellos ya en el primer equipo.
Rescatamos algunos tramos de su primera rueda de prensa postpartido tras la agónica victoria frente al Mirandés porque refleja mucho de su filosofía de vida. “Valor del triunfo. “Pregunté a los jugadores si sabían multiplicar y le dije que no me contestasen, sino que si multiplicas por dos tienes el doble del valor y si divides, pues la mitad, así que hay que ser conscientes de lo que queremos hacer. No nos vayamos a confundir. Hay una parte de la prensa que es pro-Málaga, hay otra que le da voz a todo el mundo y otra que le da voz a los que se quejan y todos son malaguistas. Si queremos ser un equipo grande que multiplique y vuelva a vivir las grandes noches de Champions, hay que multiplicar. No puedo obligarlos a nada, esto no es una persona, esto es el Málaga, que cayó al infierno y nos duró un día, pero el que cae, no vuelve mañana vamos a hacer el favor de multiplicar”.
No es una reflexión al uso tras un partido, pero refleja la idea con la que asumió el reto de dirigir al primer equipo. “La pelota cuanto más rápido va, más rápido vuelve. Ellos llevan una mochila y si le echas más piedras, te hace tener más nerviosismo y vivir de lo fácil. No era fácil. Yo los quiero felicitar, porque cuando más piedras había y todo se caía, ellos han creído y lo han conseguido, a pesar de que se nos escapaba la victoria. Mi madre siempre decía que yo me caía del árbol y lo hacía de pie”.
Otra máxima. “En la vida, cuando todas las cosas que pasan son buenas, uno se refuerza. Nunca han dejado de creer y se le puede reprochar al equipo cosas de fútbol, pero no de actitud. El resultado más fácil de remontar en el fútbol es un 2-0, porque el que gana cree que ya lo tiene hecho. Tenemos que establecer esta línea y seguirla”.
Este es el paralelismo entre su rol de profesor y el de entrenador. “Mis sensaciones son muy buenas. Este año hago 25 años entrenando y el martes (antes del partido contra el Mirandés) eché mis destinos como profesor. Pensaba que esto no iba a pasar. Todo sucede tan rápido que piensas que no podía suceder. Todo merece la pena por disfrutar del equipo que está en la ciudad más grande del mundo”.
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Cuando se produce un cambio de entrenador, casi siempre se le concede al que llega el beneficio de la duda y se resaltan las mejorías con respecto a la etapa precedente. Para hacer una comparativa entra las diferencias entre el sello de Pellicer y la propuesta de Funes hay que remitirse al viejo refrán: “Cada maestrillo tiene su librillo”. Puede que el Málaga de Funes sea más de toque y de propuesta ofensiva, pero siempre aprovechando lo bueno de su antecesor.
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