El chaparrón que se avecina
Málaga e Ibiza preparan el partido que nadie quiere jugar. Se espera un ambiente crispado. Se han convocado protestas de la afición. Fractura social sin precedentes.
El próximo sábado (18:30 horas) el Málaga pondrá punto final a su temporada más ignominiosa de los últimos 25 años contra el también descendido Ibiza. Un partido prescindible en el aspecto deportivo, pero preocupante porque, lamentablemente, pondrá en el escenario la terrible fractura social entre el club y la afición.
Será muy triste ver menos de 10.000 personas en una Rosaleda que ha tenido una media de asistencia de 18.000 espectadores, una de las más altas del fútbol profesional. Lo de menos será el partido porque lo que ofrecerán malagueños e ibicencos será otro reflejo de su infame campaña.
Y para los jugadores va a ser incómodo. La hinchada ha bajado el pulgar a casi todos. A algunos más que a otros. Es el caso de Esteban Burgos, Jozabed, Javi Jiménez, Manolo Reina, Escassi, Fran Sol, Bustinza. Especialmente, Genaro (sus chirriantes fallos contra Granada y Rácing), Luis Muñoz (la expulsión en Albacete) y, sobre todo, Alfred N’Diaye. El Málaga no ha ganado ningún partido con el senegalés en el campo.
Eso por una parte. Por otro lado también se espera que se pase de fuerte marejada a mar gruesa con los directivos y, en particular, con el administrador judicial, José María Muñoz, que anunció que no se plantea presentar su dimisión. No está el horno para bollos.
Protestas y manifestación
¿Cómo va a expresar la parroquia malaguista su indignación por este fracaso sin precedentes? La Grada de Animación Fondo Sur ha convocado una nueva protesta similar a la de los prolegómenos contra el Mirandés. A las 17:30 horas en la recta de tribuna bajo los lemas ‘El cortijo corrompe al Málaga por sus intereses personales” y “concentración malaguista contra quienes nos han llevado al infierno”.
Eso por una parte. Las redes sociales echan humo a la hora de expresar su sentimiento de indignación. Unos proponen dejar vacío el estadio y otros vestir de luto en señal de duelo por el entierro del Málaga. Muy duro. El incendio es colosal.
El descenso de 2018
Es una situación que trae a la memoria el descenso de Primera a Segunda de hace cinco años. El 6 de mayo de 2018 La Rosaleda vivió una de las protestas más espectaculares que se recuerdan. Fue contra el Alavés. Pitos y gritos contra el entonces presidente Al Thani, el técnico José González y repertorio de recriminaciones para todos y cada uno de los futbolistas. El que más recibió fue el venezolano Roberto Rosales. No se salvó casi ninguno. Apenas el belga Lestienne. Lo que nadie pensaba es que esta escena se podría repetir e incrementar un lustro después por caída a la tercera categoría del fútbol español. Una catástrofe descomunal.
No es descartable que de cara al suplicio que se avecina el entrenador, Sergio Pellicer, ponga un ‘equipo b’. Canteranos y los jugadores, menos habituales en las últimas alineaciones. Este Málaga-Ibiza es el partido que nadie quiere jugar. Pisar el césped es como salir a un circo romano lleno de leones dispuestos a devorar. El Málaga Club de Fútbol nunca había tenido que afrontar un encuentro tan triste, tan innecesario, tan intrascendente… y tan crispado al mismo tiempo. El partido que nadie desea disputar, con todo por perder y nada que ganar.