El calvario de Rober Correa

Rober Correa (Badajoz, 31), sufre la peor cara del deporte. En un año donde el Eibar no está recurriendo en exceso a la enfermería, el lateral extremeño pone la nota discordante. Acostumbrado a estar a caballo entre la sala de fisios y el campo de entrenamiento, el ‘4′ azulgrana vive una de las temporadas más complicadas de su carrera, donde solo ha podido pisar el terreno de juego en 2 compromisos. 60 minutos en el duelo copero ante el Lorca Deportiva y 10 minutos en la última visita de los armeros a Huesca, son las únicas apariciones sobre el verde que se le computan al ex del Cádiz. Con su regreso en El Alcoraz, hace apenas un mes, se vislumbraba un rayo de luz que el último contratiempo médico se ha encargado de apagar.

Acusando unas molestias musculares, Correa se ha perdido las últimas tres jornadas ligueras. Siendo esta, sumada a la vuelta de Konrad a la convocatoria, la única baja que los armeros tuvieron que lamentar el pasado sábado. Sin olvidarnos de la grave lesión de rodilla del canterano Troncho, recién aterrizado en el Amorebieta. Aun así, los armeros han notado una clara mejoría en cuanto al estado físico de sus jugadores. Ya que futbolistas propensos a perderse varios encuentros debido a las lesiones como Aketxe o Arbilla, están gozando de minutos a pleno rendimiento. Por lo que Rober es de los pocos integrantes de la primera plantilla, a quien las continuas molestias le están impidiendo mostrar su mejor nivel. Sin posibilidad de prodigarse sobre el césped, el carrilero ha estado condenado a ver los partidos desde la distancia, ya fuera por la televisión o desde el banquillo en las 8 jornadas que ha estado convocado.

Dado a su largo historial de lesiones, la finalización de su contrato y la figura de Sergio Cubero, actualmente de Erasmus en Ferrol, todo apunta a que el pacense está viviendo su última campaña como azulgrana. Tras cinco temporadas en el club, después de que firmara libre procedente del Cádiz en 2019, el zaguero pondrá fin a su periplo en Ipurua. Uno de los hombres de confianza de Mendilibar, que con el paso de los años y los partes médicos ha ido perdiendo protagonismo dentro del césped, emprenderá una nueva aventura donde poder mostrar de nuevo su valía. Las lesiones han sido demasiado crueles con un futbolista que, además de ser un profesional intachable, siempre ha tenido presente la alegría dentro del vestuario. Una sonrisa que, a pesar de las constantes batallas con sus problemas físicos, nunca se ha borrado.