El Betis ‘desactivó’ al Betis
El club cobró a los socios por un partido proveniente del fracaso. El Villamarín, que vivió la peor entrada en 7 años, estaba siendo el gran sostén del equipo.
El Benito Villamarín que vio perder al Betis ante el Dinamo de Zagreb se presentó como el más desangelado de la temporada, con poco más de más de 25.000 (25.091, concretamente) espectadores. Bastante menos de la mitad del aforo que permite un estadio acostumbrado últimamente a alcanzar los 50.000 por partido, gradas repletas de esas que acaban imponiendo miedo escénico en los rivales como se puede comprobar con echar un simple vistazo a los resultados de este año: apenas un duelo de LaLiga perdido, ante el Barcelona, con empates ante Atlético y el Real Madrid. Y, es verdad, otra triste derrota europea, ante el Glasgow Rangers, que supuso la eliminación en Europa League y la caída a Conference.
Hay que remontarse a la temporada 16-17 para encontrar un partido en el que el Villamarín presentara una menor asistencia. Ocurrió ante el Alavés, en un duelo de finales de LaLiga acabó con derrota bética por 1-4. Apenas 22.271 aficionados acudieron a las gradas. El Betis acabó esa campaña en el 15º puesto liguero. Parece evidente que el equipo de Pellegrini ha sostenido la actual temporada en los resultados obtenidos en su propio estadio porque fuera de casa, a pesar de las dos últimas victorias consecutivas ante Mallorca y Cádiz, el rendimiento se puede considerar muchísimo peor. Tres triunfos ligueros fuera de Heliópolis y otro en Chipre, ante el Aris, pero la mayoría de ellos con sufrimiento y mala imagen. Apenas en el Nuevo Mirandilla, y ante un rival que llevaba muchos meses sin ganar, pareció solvente el Betis a domicilio.
Pesó demasiado el querer cobrarles a los socios (20 euros, como mínimo) por entrar a un partido que provenía del fracaso en la anterior competición. En vista de lo que iba a convertirse en una paupérrima asistencia, el Betis reaccionó demasiado tarde: a las 19:30, ¡una hora y media! antes del comienzo del duelo, algunos abonados recibían ofertas de última hora en un SOS final por evitar el cemento en las gradas. Los precios para la gente sin carnet tampoco habían ayudado en un principio: antes de una promoción de esta misma semana, ir al estadio ante lo croatas podía llegar a costar cerca de 100 euros en algunas zonas del campo.
Se puede decir, por tanto, que fue el propio Betis el que ‘desactivó’ su mayor aval durante una campaña en la que anda viviendo de las jugosas rentas que consigue en su propio feudo. El actual sexto puesto liguero tiene mucho o todo que ver con eso. En Copa, de hecho, llegó otra dolorosa eliminación tras jugar en Mendizorroza ante el Alavés.