El Barça de Flick no corre, vuela

Decía el mítico Johan Cruyff que en el fútbol quien corre es el balón y no el futbolista, con el argumento que “nada corre más rápido que la pelota”. Este axioma, que aún tiene sentido como forma de priorizar el talento al físico, poco a poco se ha ido difuminando en los últimos años, bajo el concepto de futbolista total, es decir, que sea un jugador con un talento descomunal, pero apoyado en un físico privilegiado. Los dos mejores paradigmas en este sentido fueron Leo Messi y Cristiano Ronaldo, la simbiosis casi perfecta de la calidad acompañada del físico.

Con Hansi Flick al frente del FC Barcelona, la preparación física se ha convertido en uno de los pilares del equipo. Tras fichar a una pléyade de especialistas en la materia, el técnico alemán empezó a meter mano en la preparación física de una manera tan intensa como exhaustiva, sin dejar ningún cabo salto y reforzándose con sesiones de trabajo interminables donde no se ‘regalaba’ nada. Los jugadores entendieron rápidamente que ese era el único camino al éxito y se pusieron las pilas. Algunos se bajaron rápidamente del carro, viendo que no podrían seguir el ritmo, cambiando de aires, pero los que se quedaron, asumieron dar un ‘plus’ con todas las consecuencias.

Este miércoles se plasmó todo este trabajo realizado desde la pretemporada de una manera tan contundente como apabullante: el Barcelona recorrió siete kilómetros más en el campo que el campeón alemán (126,5 por 119,2). Unos datos que no dejan indiferente a nadie porque si hay algo que destaca desde hace años el fútbol alemán es en su poderío físico, que aplasta a los rivales a base de su tesón e insistencia. En esta ocasión, fue totalmente al revés: el Bayern hincó las rodillas ante la contundencia del juego blaugrana. Que un equipo recorra siete kilómetros más que el rival demuestra una superioridad física incontestable y hacerlo con chavales que aún no tienen la mayoría de edad es ya directamente un insulto al sentido común.

Casadó, imparable

Hay que destacar especialmente a Marc Casadó. El centrocampista que convenció a Flick durante la pretemporada y al que ya nadie ve fuera del once es el jugador que más kilómetros ha corrido en estos tres primeros partidos de la Champions con una cifra de 35,6 km. Jules Koundé es el segundo en la lista con 32,7 km. Lo más importante es que los kilómetros recorridos por Casadó no son en balde. Son para ayudar a compañeros en las coberturas, para robar balones, para romper líneas de presión o para desmarcarse.

Estos números escalofriantes del Barça de Flick son todavía más reveladores si lo comparamos con otros Barças de los últimos años. Sin irnos de los partidos ante el Bayern, en la humillante derrota ante el campeón alemán en el 2020 en Lisboa (2-8), el Barça, entrenado por aquel entonces por Quique Setién, recorrió 98 kilómetros, es decir, ¡28 kilómetros menos! Curiosamente, ese día, en el banquillo rival estaba Hansi Flick, que dio un recital técnico y físico a los blaugrana.

El mismo Hansi que se sentará este sábado en el banquillo del Bernabéu. Un Barcelona que llega a la cita contra el Real Madrid en un momento pletórico, con la confianza por las nubes y siendo ahora mismo el equipo más en forma del continente. Además, lo hace con las mejores sensaciones posibles: líder en solitario en LaLiga, con el ‘pichichi’, Robert Lewandowski, en estado de gracia, con el jugador más en forma del momento, Raphinha, y acompañado del talento de un futbolista llamado a dominar el planeta en la próxima década, Lamine Yamal.

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