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El año de Íñigo Vicente

El talentoso jugador de Derio, además de anotar el tanto de la salvación, lideró al Racing en goles, asistencias, pases y partidos jugados

Íñigo Vicente, del Racing, señalando el escudo de su club tras marcar el gol que aseguraba la permanencia.
Nacho Cubero

“¿Qué tal Íñigo Vicente, que es de los míos, ese es el que os va a salvar el año?”. Se llevaba menos de media hora de partido del estreno del Racing en la temporada de la vuelta del Racing a Segunda, contra el Villarreal B, cuando Iturralde González preguntaba en Carrusel por el futbolista de Derio, recién fichado por los cántabros tras desvincularse por fin, tras dos cesiones al Mirandés, del Athletic. El narrador en la cabina de la SER en El Sardinero no fue muy condescendiente con Itu: “El peor jugador sobre el terreno de juego”. Y debía ser verdad, o parecérselo también al entrenador, porque Guillermo Fernández Romo se le cargó en el descanso y lo sustituyó por el canterano Marco Camus. Además, le recetó banquillo para la segunda jornada en Granada. Y hasta ahí. El tiempo ha demostrado que Iturralde tenía razón, Íñigo Vicente ha salvado el año del Racing.

Más goles, más asistencias, más partidos jugados, más pases, más toques, más toques en el área contraria, más entradas en el área rival con el balón controlado y, también, más veces sustituido y más fueras de juego cometidos... No hay duda que las estadísticas de Íñigo Vicente son cualquier cosa menos mediocres. Las ofensivas sobre todo, claro, aunque para sorpresa de casi todos también es el tercer jugador del equipo que más balones ha recuperado, el tercero en número de duelos afrontados y el tercero que más faltas recibe. Eso sí, no le busquen entre los 20 primeros de la plantilla en duelos aéreos o, en datos que guardan celosamente en el big data del Racing, sobre los metros recorridos, los que hace a alta intensidad y parámetros similares que cada lunes se cuelgan en el tablón de anuncios del vestuario de las Instalaciones Nando Yosu. Ese no es el reino del de Derio.

Íñigo Vicente, del Racing, centra frente a seis jugadores del Huesca.
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Uno contra seis, a Íñigo Vicente nada le da miedo en ataque, otra cosa es su aportación defensiva.Nacho Cubero

A pesar de que se le consideraba la perla de Lezama, la falta de despliegue físico de Íñigo hizo que en el Athletic, pese a su talento, se tuviera siempre cierta prevención respecto a sus posibilidades en el equipo de San Mamés, siempre amante de un fútbol de ida y vuelta, muy a menudo en 4-4-2, el sistema que peor le va, y en el que el trabajo no se negocia. De hecho, tras brillar en el Juvenil A no pasó directamente al Bilbao Athletic sino que tuvo una breve etapa en el Baskonia y, luego, tras dos temporadas brillantes en el filial rojiblanco no le encontraron acomodo en el primer equipo y fue cedido al Mirandés. Lo hizo bien en Anduva, y le entre Gaizka Garitano y Marcelino le dieron solo 52′ en toda la temporada en su única temporada en el primer equipo del Athletic. Nueva cesión a Miranda, también exitosa..., y carta de libertad. No es de extrañar que en declaraciones a la prensa bilbaína se quejara de falta de oportunidades. El pasado verano, libre ya de contrato, firmó por tres temporadas con el Racing. Y parece que acertaron. Las dos partes.

Siete goles, incluido el de la salvación del pasado domingo frente al Eibar, y siete asistencias en el haber de Íñigo Vicente han sido determinantes para que el Racing lograra la permanencia. Además, ha jugado 40 partidos y casi 3.000 minutos, más que en cualquier otra temporada de su vida. El lunar negro de la aportación ofensiva del deriotarra ha estado en los once metros: falló dos de los tres lanzamientos de penalti que realizó y fue, junto a Pombo, que marró otros dos, y Gassama, uno de los responsables de la triste estadística, solo cuatro goles de nueve lanzamientos de penalti, que ha lastrado al Racing esta temporada. Con rumores que hablan sobre el interés de diversos equipos en su contratación, el Racing está más que satisfecho y tranquilo: Firmó gratis a un jugador que le ha dado un gran rendimiento y le tiene atado dos temporadas más. Y con la cláusula de rescisión más alta de la plantilla, seis millones de euros.

Íñigo Vicente, del Racing, celebrando uno de sus goles.
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Después de cada gol, Íñigo Vicente deja claro quién es el 10 del Racing.Nacho Cubero