Dembélé, una traición que aún escuece
Xavi y Dembélé volverán a verse las caras, pero en equipos rivales. En su día, el técnico del Barcelona defendió siempre al francés, que le dejó en la estacada durante la Gira por los Estados Unidos. Una decepción que aún duele al entrenador.
Cuentan los que estaban ese verano de 2023 en el vuelo que trasladó al equipo blaugrana de Dallas a Las Vegas durante la gira que hizo el equipo por los Estados Unidos, que en el trayecto la cara de Xavi Hernández era un poema. En ese preciso momento fue cuando el técnico ya dio por perdido a a Dembélé y vio que no había marcha atrás. Ousmane se iba al París Saint-Germain en un movimiento que el técnico blaugrana interpretó como una traición por parte de un futbolista al que había defendido a capa y espada. A día de hoy, Xavi sigue decepcionado con el jugador y cree que no fue justo con él.
Xavi habló en ese viaje con Dembélé, quien le dijo que se marchaba por cuestiones de mercado y que era cosa de su agente. Antes de iniciar la gira, Ousmane le había dicho a su técnico que se iba a quedar porque su sueño era ganar la Champions con el Barça. Todo parecía tranquilo y controlado, pero el contrato del extremo con el club dejaba una rendija escapatoria durante los meses de junio y julio que fue toda una invitación al PSG y al agente del jugador, Moussa Sissoko, para llevarse al jugador al Parque de los Príncipes, donde el miércoles se enfrentará por primera vez a sus excompañeros y a su exentrenador y máximo valedor, Xavi Hernández.
Dembélé inició los entrenamientos con el Barça de esa temporada 23-24 recién renovado con el equipo catalán, pero esa negociación no fue fácil y el agente del jugador le arrancó al Barcelona el compromiso de que la libertad del jugador, durante los meses de junio y julio costaba sólo 50 millones de euros, de los cuales 25 millones irían para el club y 25 para el jugador. A partir del 1 de agosto, su cláusula pasaba a ser de 100 millones, íntegros para el Barça.
Durante la gira, tanto Xavi como el resto de directivos y sus compañeros daban por hecho que Dembélé iba a ser uno más del equipo durante toda la campaña, pero al llegar a Dallas antes de jugar el Clásico el ambiente se enrareció. Algo se estaba cociendo.
Aún así, Dembélé jugó y marcó un gol al Madrid, el último que haría como culé, y en la rueda de prensa posterior al partido Xavi dejó una frase que no auguraba nada bueno respecto al futuro del francés: “Queremos que Ousmane se quede, pero no controlamos el mercado”.
Al día siguiente en el Hotel Thompson de Dallas todo fueron reuniones y llamadas telefónicas. Que el Barcelona retrasara la salida de su vuelo varias horas para desplazarse a Las Vegas contriubuyó a aumentar la situación de que se avecinaba noticia.
Xavi reconocía que no controlaba el mercado, pero creía que controlaba al jugador, al que había defendido en todo momento ante las críticas de aficionados y medios de comunicación y manteniendo que era “el mejor jugador del mundo en su puesto”. Pero Dembélé, con pesar según le dijo a su entrenador, decidió aceptar la oferta francesa dejando al técnico con un serio problema en la delantera a semanas de empezar LaLiga, 25 millones en las arcas del club sin olvidar que él se pensaba embolsar la misma cantidad.
Pero ahí el Barcelona se enrocó y se negó a pagar la parte que le correspondería al jugador y su agente aduciendo que esta parte del contrato estaba sujeta a una serie de variables que no se habían cumplido. De este tema, poco más se ha sabido porque el club se remite a lo que dijo en su momento. De la parte del jugador, conociéndolos, de no haber cobrado este caso estaría en los tribunales.
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