Del drama al alivio
Mendy y Güler llegan a Anoeta y Tchouameni, Militao y Bellingham no están descartados. Se respira cierto optimismo en el club tras dispararse las alarmas al comienzo del parón.
Parecía un diluvio, puede terminar en chirimiri. Entre el duelo contra el Betis y el viernes, la enfermería del Real Madrid no paraba de tramitar ingresos. Cinco en apenas cuatro días: Ceballos, Tchouameni, Mendy, Militao y Jacobo Ramón. Y Güler pedía el cambio sobre la bocina del Gales-Turquía por un golpe. Alerta máxima. Pudo ser el sexto, pero ahí comenzaron las buenas nuevas. El de Altindag se quedó en susto. Es más, sacó la varita a pasear para sellar el posterior triunfo ante Islandia (3-1) con una gran asistencia. Con Mendy, aquejado de la tibia derecha, se confirmó desde Madrid que su ‘desconvocatoria’ obedecía a mera precaución. Ambos estarán en Anoeta. Militao y Tchouameni, con molestias en el muslo derecho y el pie izquierdo, no están descartados. Desde el club se desliza optimismo, aunque sin tirar confeti. Y la guinda será, o sería pues todo depende de la evolución de esta semana, Bellingham. Todos se han ejercitado en el gimnasio. Del drama al cierto alivio.
Será una contrarreloj de cinco días con la meta en San Sebastián y hasta el último metro no habrá respuesta final. “Se valorarán en el último instante las opciones”, traslada el club. El inicio, el entrenamiento de este martes donde ya apareció Luka Modric, el primero de los internacionales a la espera del reto. No estuvo, pero no tardará, Fede Valverde. Uruguay disputa su último encuentro esta noche ante Venezuela, pero no así el Halcón. En el partido contra Paraguay del sábado fue amonestado. Segunda en las Eliminatorias clasificatorias para el Mundial 2026. Es decir, ciclo completo. Una sanción que le ha permitido aterrizar en Valdebebas unos días antes de lo esperado para así poder preparar el duelo ante la Real del sábado (21:00 horas) con mayor normalidad y mayor margen tras el eterno (casi 10.000 kilómetros) vuelo de vuelta. Una pieza más para ordenar el rompecabezas.
Sin Camavinga (otras, como mínimo, tres semanas fuera por un esguince en la rodilla izquierda) ni Ceballos (dos meses de baja por el esguince sufrido ante el Betis), sumado a Alaba, dispara la importancia de las recuperaciones. Porque Carletto no contará en Anoeta con el austríaco, tampoco con Jacobo Ramón (sobrecarga en el muslo derecho, semana y media de ausencia). Pero son dos piezas menos en una zaga disminuida por la planificación de la temporada, supeditada a la buena recuperación de un Alaba que ha alargado los plazos, si no hay revés de última hora, hasta noviembre. Aunque Vallejo ha dejado atrás la sobrecarga que le tuvo diez días en el dique seco y tiene luz verde para el Reale Arena, la necesidad de sumar efectivos es imperiosa.
Vasos comunicantes
Del trío entre algodones, es Tchouameni el que maneja una situación más particular. Por un lado está qué. Pues su lesión se ha producido en un pie izquierdo que ya le dio problemas la temporada pasada en dos ocasiones distintas (se perdió 16 partidos). De ahí que la preocupación fuese mayor en un inicio. Por el otro está el dónde. Y es que esa limitación numérica en la zaga también obedece a la presencia de Aurélien. Para Ancelotti, mucho más que un parche en el centro de la zaga. Eso sí, ante la Real, la necesidad en sala de máquinas y de la defensa caminan de la mano. Por eso Militao, Bellingham y el francés son vasos comunicantes.
Con Jude, que ha acortado prácticamente una semana los plazos iniciales que marcaba su lesión en el músculo delgado plantar de su pierna derecha, el centro del campo ganaría músculo y un doble pivote Valverde-Modric tendría mayor sustento. Por ende, si Militao no llegase a tiempo, Tchouameni sí supondría una alternativa como compañero de Rüdiger o relevo de un Vallejo que apunta a volver a disputar un partido con el Madrid 531 días después. El premio a su paciencia y su trabajo diario. Una ecuación con mucha incógnita, supeditadas al progreso de las dolencias. Pueden llegar todos, también ninguno. Pero internamente se ondea la bandera de la esperanza.
Las alternativas
Aunque desde el cuerpo técnico también se barajan otras alternativas. Para este caso concreto y otros momentos de estrechez durante una temporada kilométrica. Alejarse del 4-3-3 y recuperar el 4-4-2 de la temporada pasada que tanto rédito dio. Aquel doble pivote con Kroos dirigiendo la orquesta y Valverde como escudero en el que Modric heredaría la batuta de Toni. Ello permitiría, en el peor de los escenarios (ni Militao ni Bellingham ni Tchouameni), colocar en el costado derecho a Brahim y en el contrario a Rodrygo, una demarcación que ya han paladeado ambos vestidos de blanco. El esfuerzo defensivo del brasileño y el malagueño es algo que se destaca internamente y aparece como una seria opción para Anoeta llegado el momento. Aportar el equilibrio que tanto anhela Ancelotti ante la ausencia de un stopper al uso. Recolocación de las piezas para dejar la punta de lanza a Mbappé y Vinicius.
También encajan los mismos nombres en un 4-2-3-1 donde Vini ocuparía el perfil zurdo, Rodry el derecho y Brahim (o Güler) aparecerían como diez, con Kylian como ariete. Al tiempo que la opción Carvajal como central, prueba exitosa el curso pasado ante Atleti (1-1) y Girona (4-0), emerge como otra alternativa a Vallejo. Un ramillete de opciones con el que Ancelotti debe dar forma a su once ante la Real.
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