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REAL MADRID | DE LA VÍBORA

“Es pronto para decir que me he estancado: sólo tengo 20 años”

El canterano del Real Madrid analiza su presente en las filas del Mérida, donde está aprovechando una nueva oportunidad en el fútbol de elite.

David de la Víbora, en su etapa como jugador del Real Madrid.
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David De la Víbora (Móstoles, 2003) estuvo considerado durante muchos años uno de los grandes diamantes de La Fábrica, a la que llegó con 8 años. Proyecto de estrella desde 2015, cuando destacó en LaLiga Promises internacional, su progresión fue fulgurante hasta que, con 16, el Real Madrid le tuvo que firmar un contrato profesional con muy buenas condiciones económicas para evitar que se fuese a Liverpool, Manchester United, Tottenham o Juventus, algunos de los clubs que se interesaron por un extremo izquierdo reconvertido a lateral cuyo camino hacia la gloria iba en paralelo al de Xavi Simons, su álter ego en el Barça hace un lustro. Sin embargo, en algún punto del recorrido los caminos de ambos se separaron. Ahora, con 20 años, el Real Madrid lo ha cedido al Mérida y ha debutado en 1ª RFEF. El fútbol le brinda una nueva oportunidad.

-Acaba de comenzar una nueva etapa en su carrera ¿Por qué ha elegido el Mérida?

-Porque es una buena oportunidad para dar el salto al fútbol profesional. Quiero hacer cuatro meses muy buenos y aprovechar esta ocasión que me brindan.

-¿Estuvo cerca de ir a la Primera División de Países Bajos, a la Eredivisie?

-Sí, hubo conversaciones (Heerenveen), pero no salió adelante como ocurre muchas veces en el fútbol en operaciones que no llegan a concretarse.

-¿Necesita reencontrarse a sí mismo y volver a disfrutar del fútbol tras una etapa un poco oscura?

-Desde luego. Llego con las ideas muy claras y la ilusión a tope. Soy aún joven y es un año clave para encaminar mi carrera. Mi situación no era buena en el Madrid porque no estaba jugando lo que yo quería y Mérida es un lugar ideal para trabajar y volver a disfrutar del fútbol.

-Ha tenido mala suerte porque tras un gran debut en Salamanca frente a Unionistas sufrió una lesión muscular….

-Siempre que te lesionas es duro y estás unos días fastidiado, pero ya me encuentro bastante recuperado y en unos días estaré de nuevo dando guerra.

-Retrocedamos unos años. Usted estaba considerado como jugador potencial del primer equipo. ¿Es así?

-Así fue. Viví unas temporadas muy buenas y notaba que confiaban mucho en mí.

-Con 16 años tenía el mundo a sus pies. Lo quería media Europa. ¿Cómo recuerda aquello?

-Llegaron muchas ofertas de equipos muy importantes de Europa y el Madrid decidió apostar por mí para que no me fuese, pero ya sabemos lo complicado que es triunfar ahí. Al final se forma un embudo por el que no cabemos todos y llega el momento de salir. Compites contra los mejores cada año porque las plantillas se renuevan mucho y la exigencia es enorme. Por eso a veces es necesario salir.

-¿Es cierto que Raúl González le regaló las botas con las que jugó su último partido como profesional?

-Sí. Eso fue en LaLiga Promises Internacional que jugamos en Colombia (Barranquilla) en 2015. Las tengo colgadas en un lugar preferente de mi casa.

-¿Por qué a usted? ¿Qué le dijo?

-Es un momento que nunca olvidaré. Me dijo que veía en mí algo especial y me las firmó allí mismo. Estaba muy emocionado y llamé a mis padres inmediatamente para contárselo.

-Por edad ahora podría estar en el Castilla con él de entrenador...

-Él me dijo en aquella ocasión que en un futuro tal vez coincidiríamos y mi objetivo es hacerme un hueco en su equipo y que se cumpla esa predicción.

-También era internacional con España…

-Antes de la pandemia me llamaron para la Sub-15 y la Sub-16 con Julen Guerrero de seleccionador. Fue una gran experiencia porque poder representar a tu país impresiona mucho.

-¿Balde era su suplente en la selección?

-Bueno, realmente rotábamos mucho y jugábamos todos bastante. Compartí vestuario y minutos con él.

-¿Y que pasó? ¿Por qué se frenó esa trayectoria que parecía imparable?

-Son las cosas del fútbol. Hay entrenadores que confían mucho en ti y otros que no. De todas formas es pronto para decir que me he estancado. Acabo de cumplir 20 años y lucharé por conseguir mi objetivo de triunfar en el fútbol.

-Su carrera transcurría paralela a la de Xavi Simons. Eran los iconos jóvenes de Madrid y Barça, ¿verdad?

-Sí. Además teníamos muy buena relación. Coincidíamos bastante y nos llevábamos bien. Incluso me invitó a un campus que organizaba su padre en el Caribe.

-¿Mantiene relación con él?

-Este año algo menos, pero hasta hace poco hablábamos con frecuencia.

-Viendo que ha jugado en el primer equipo del PSG, ha disputado un Mundial y es estrella en el PSV, ¿no piensa por qué usted no?

-Claro. Se te pasa por la cabeza. A veces he pensado qué habré hecho mal para no estar en una situación parecida a la suya, pero me alegro por él porque he vivido buenos momentos juntos.

-¿El de Simons es el ejemplo a seguir?

-Sí. Es una referencia en ese sentido. Él también tuvo que salir del Barça tras muchos años allí, pero se ha adaptado muy bien al fútbol profesional y fuera de España.

-¿Llegó a perder o le hicieron perder la confianza en sí mismo en algún momento?

-No del todo, pero a veces sí ha mermado. Si uno no confía en sí mismo es difícil seguir adelante. Necesitas esa autoestima para superar los malos momentos.

-¿Su anterior cesión al Levante fue una liberación mental ante la falta de oportunidades en el Madrid?

-Desde luego. Allí fui muy feliz y les estaré agradecido siempre porque me mostraron la confianza que no estaba sintiendo en Valdebebas y eso se nota rápido en el campo. Me encontré muy bien en Valencia.

-¿Tiene ganas de revancha deportiva?

-Lo que tengo que hacer es centrarme en mí y con trabajo todo llegará. Quiero reencontrarme conmigo a nivel futbolístico y espero que la gente pueda verlo.

-¿Ha cambiado su sueño en el fútbol o sigue siendo el mismo de siempre?

- No ha cambiado nada desde el primer día que entré en el Madrid con 8 años hasta ahora. Mi ilusión está intacta. Quiero llegar al fútbol profesional y vivir de esto. Ese es el objetivo.