Dani Sánchez: “La ansiedad me impulsó a cuestionarlo todo, incluso lo que más amo”
El lateral del Málaga expresó en sus redes sociales que pasó por malos momentos en estos meses, pero que está saliendo del túnel. En Valladolid volvió a tener minutos.
Dani Sánchez, que la pasada temporada estuvo en el candelero, en la presente ha perdido protagonismo hasta el extremo de haber desaparecido de las alineaciones iniciales en beneficio de Víctor García. El malagueño, que volvió a tener minutos en Valladolid, transmitió sus sensaciones y sentimientos a través de sus redes sociales.
“Estas últimas semanas y algunos meses atrás han sido una prueba muy dura para mí. La ansiedad me empujó a cuestionarlo todo, incluso lo que más amo. Y eso me afectaba en cosas que siempre habían sido naturales para mí: mi confianza, mi energía, mi manera de vivir cada día y cada entrenamiento. Sentía que no era yo, como si estuviera peleando contra una parte de mí que no entendía. A veces, cuando no entiendes por qué las cosas no salen, el silencio pesa más que cualquier derrota” confesó.
A renglón seguido explica que necesitaba sacar fuera estos sentimientos contrapuestos que le estaban oprimiendo. “No ha sido fácil reconocerlo, pero creo que es importante aceptar que incluso los más fuertes también caemos. Y yo caí. Pero también aprendí a levantarme. Aprendí a escucharme, a darme tiempo, a entender que la mente también necesita descanso y cuidado”.
Las cosas en esta vida siempre tienen un por qué. No era lógico su pérdida de protagonismo en el equipo. “En todo este proceso he estado más reservado, más en silencio, y sé que quizás desde fuera podía parecer que algo no encajaba. Y sí, seguramente muchas cosas en mi rendimiento o en mi situación tenían una explicación interna que yo mismo estaba intentando gestionar. Pero no quiero justificar nada: lo que importa es que estoy volviendo a encontrarme. Y aunque me sentí al borde, decidí levantarme. Cada entrenamiento, cada minuto sin jugar, cada pensamiento negativo… todo lo estoy transformando en fuerza. Está foto ha sido minutos después de finalizar el partido, aliviado conmigo mismo y sonriéndome, porque me lo merezco y porque hay gente que se merece verme así”.
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Afortunadamente, Dani ve la luz tras este periodo de oscuridad. “Hoy, gracias a Dios, vuelvo a sentir esa luz que hacía tiempo no veía. Vuelvo a recuperar mi confianza, mi ilusión, mis ganas de ser el de siempre: dedicado, ambicioso y con hambre de crecer. Estoy sonriendo otra vez, disfrutando del fútbol de verdad, sintiéndome libre y fuerte. Quiero mencionar, aunque sea brevemente, a mi familia y a mi círculo más cercano. Ellos han sido un apoyo silencioso pero fundamental, el tipo de compañía que no hace ruido, pero sostiene. Y eso se queda para siempre. Ellos serán los que me acompañen toda mi vida. Uno puede caer, puede dudar, puede romperse un poco… pero nunca tirar la toalla. He vuelto a ser yo. Y voy a por todas”.
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