COPA DEL REY | REAL MADRID - ATLÉTICO
Una Copa de champán
Dos franceses desatados, Benzema y Griezmann, marcan un derbi a todo o nada en los cuartos de Copa. Debate sobre Kroos y Modric. Tridente o Kondogbia en el Atlético de Madrid.
El asunto puede ir para largo. Desde la llegada de Simeone al Atlético se han disputado cinco derbis a todo o nada, a un partido: dos finales de Champions, una de Copa (en el Bernabéu), una de Supercopa de Europa y una de Supercopa de España. Todas llegaron a la prórroga y dos se resolvieron en los penaltis. El Madrid gana por la mínima: 3-2. No importó, pues, el escenario o el momento de uno u otro. El derbi siempre está por descubrir (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
En los pronósticos figura que el partido tendrá un marcado acento francés. Benzema ha salido del túnel que le tuvo renqueante dos meses y parado otros dos. Ahora vuelve a ser el Balón de Oro, autor de ocho goles en los últimos ocho partidos que jugó como titular y sin la carga de un Mundial en la mochila. Antes había sufrido una sequía de cinco partidos. Ahora ha retomado su media del tanto por encuentro y vuelve a ser el jugador más relevante del Madrid, papel que había asumido Vinicius. El brasileño, en cambio, ha perdido parte de su ángel. Solo ha marcado un gol después del parón, no ha dado ninguna asistencia y ha aparecido envuelto en demasiadas polémicas. Precisamente ante el Atlético, en el partido liguero del Metropolitano, comenzó empezó a perder fútbol y ganarse enemigos. Ancelotti, que defiende el innegable hecho de que es el jugador más castigado de las competiciones nacionales por sus adversarios, intenta, de momento sin éxito, que evite bajarse al barro.
El renacimiento
Griezmann es el otro francés alfa del encuentro. Su túnel ha sido más largo que el de Benzema y, por tanto, su regreso también más llamativo. Llegó al Atlético como extremo, Simeone le reconvirtió en un punta magnífico (27 goles y nueve asistencias fue su promedio en cada una de sus cinco primeras temporadas) y él mismo se ha transformado en un todocampista. Otro futbolista con una segunda carrera por delante.
Esa vocación se la debe en gran parte a Francia. En el último Mundial, Deschamps le preparó un hábitat ideal: dos extremos (Dembélé y Mbappé) y un punta (Giraud) por delante, dos centrocampistas de trabajo (Rabiot y Tchouameni) por detrás. Sus registros fueron los de un medio superpoderoso: más de 10 kilómetros partido, líder del campeonato en presiones defensivas (101 solo ante Marruecos, récord en un Mundial), líder en ruptura de líneas y, hasta la final, futbolista que más ocasiones creó. “Hizo el trabajo de todos los ausentes: Kanté, Pogba y Benzema”, dijo el exfutbolista argentino Pablo Zabaleta.
No ha acabado enero y su aportación ofensiva se acerca ya a la de toda la temporada pasada (un gol menos y dos asistencias más), cifras extraordinarias en un futbolista que en los siete primeros partidos de Liga y en los dos primeros de Champions jugaba menos de media hora porque el Atlético quería evitarse pagar los 40 millones de cláusula obligatoria si disputaba al menos 45 minutos en un 50% de los encuentros. Lo solucionó Gil Marín, a instancias de Simeone, el 10 de octubre pagando la mitad de lo estipulado (20 millones), una ganga. “Es el tipo de jugador que cambia un equipo, porque es excelente técnicamente y tiene mucho trabajo. Le gusta tanto atacar como defender. Pone el bien del equipo por encima de todo”. Lo dijo Deschamps en Qatar y lo hubiera firmado Simeone en Madrid.
Las novedades
Uno y otro equipo trabajan contra reloj para recuperar jugadores. El Madrid reincorpora a Alaba, pero siguen fuera Carvajal, Lucas Vázquez, Tchouameni y Hazard. La buena noticia es que quienes les relevaron han estado a su altura, especialmente Nacho y Camavinga. Kroos y Modric descansaron de salida en San Mamés, quizá pensando en el derbi, pero Ceballos y Asensio han sido un revitalizante estupendo en enero, tramo maldito en la casa. En la historia reciente, le eliminaron en ese mes Leganés, Real y Alcoyano en Copa y le derrotaron dos veces el Villarreal y una Levante, Athletic, Getafe y Barça en Liga o Supercopa. Ancelotti anda atrapado entre sus intocables y sus renacidos. Parece un problema, pero es una solución.
Al otro lado, el Atlético llora por Llorente, autor de tres goles y una asistencia y en un estado de forma muy superior al de la pasada temporada. Esta vez Simeone le ha librado de jugar como lateral y él lo ha agradecido. Esos pulmones se pierde el equipo en el Bernabéu, que fue su casa. El criticado De Paul será su relevo. A cambio, regresan los sancionados Reguilón y Savic. La pareja perfecta del montenegrino, Giménez, sale de su enésima lesión muscular. Solo han coincidido en doce onces iniciales este año. Hoy tampoco estará de salida. Todo apunta a que el Atlético jugará con una defensa de cuatro, fórmula que le ha ido mejor tras el parón. La duda es si Simeone se atreverá con su tridente ofensivo, Correa, Griezmann y Morata, o se protegerá con Kondogbia en lugar del argentino.
Simeone ha ganado cuatro veces en el Bernabéu, pero de la última hace ya siete años. De los diez derbis más recientes solo ganó el liguero del Metropolitano del pasado curso, al que el Madrid llegó ya campeón y con la cabeza en otra cosa. Pero fue el técnico argentino quien rompió una dinámica abrumadoramente ganadora del Madrid. Y el estado de necesidad de su equipo es mayor. No siempre resulta mal negocio colgarse del clavo ardiendo.
