Concentraciones lejos de Mareo, una alternativa que inició Miera
El Sporting completó el tercer ‘stage’ en Galicia tras los realizados por Cantatore y Acebal en Santiago y Cabeza de Manzaneda, a principios de siglo.
El 28 de marzo de 1978 se inauguró la Escuela de Fútbol de Mareo, unas instalaciones modélicas en aquel momento, construida a semejanza de las del Athletic en Lezama (1971) o la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza (1974). Además de los campos de entrenamiento, el nuevo equipamiento contaba con una residencia pensada para las concentraciones del equipo tanto en la pretemporada como durante la competición. Pero, desde entonces, el período estival de preparación de las competiciones no ha sido exclusivo de Mareo.
Vicente Miera, un adelantado a su tiempo, entendió que la puesta a punto de sus jugadores debía complementarse con una semana al menos lejos de Mareo. El cántabro entendió a finales de los 70 que la preparación en altura podía contribuir a mejorar el rendimiento de los futbolistas y encontró en la localidad palentina de Cervera de Pisuerga el lugar ideal para conseguirlo y hasta allí fue el Sporting varios años.
Antes de esas primeras salidas de Miera, antes incluso de la aparición de Mareo, Covadonga fue el lugar elegido para unos días de convivencia a la vez que duros entrenamientos por entrenadores como por ejemplo Román Galarraga. El Gran Hotel Pelayo era el lugar de alojamiento para los sportinguistas.
Pero desde Vicente Miera hasta Rubén Albés no han sido pocos los entrenadores y los lugares que han acogido parte de la pretemporada del Sporting. En concreto, ésta ha sido la tercera ocasión en que el equipo gijonés ha elegido Galicia para este período de preparación. Vicente Cantatore se llevó a sus jugadores hasta Santiago de Compostela en 2000 y al año siguiente fue Pepe Acebal quien recuperó los entrenamientos en altura; en concreto, en la Estación Invernal de Cabeza de Manzaneda, en Ourense.
Después de Miera, destacaron en la década de los 80 y principios de los 90 las tres salidas a Holanda, siguiendo el ejemplo del Real Madrid que había puesto de moda las concentraciones en el país de los tulipanes. Vujadin Boskov llegó a Gijón con su experiencia en el Madrid y se llevó al Sporting a Zeist, lugar en el que repitió más tarde José Manuel Díaz Novoa. Después fue Bert Jacobs quien también eligió su país para realizar un stage, aunque cambió de localidad; Sittard fue la elegida.
Especialmente llamativo resultó el lugar al que llevó Antonio López al recién descendido Sporting, tras la temporada más calamitosa de su historia en Primera División. El Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, en Barcelona, acogió la concentración de una pretemporada muy convulsa, como lo fue la temporada siguiente, para el equipo rojiblanco.
Manolo Preciado fue el entrenador que apostó decididamente por Mareo, incluso tras el retorno a Primera División. Ahora bien, su preparador físico Gerardo Ruiz apostó por la altura pero en salidas puntuales, de un solo día, a entornos como la Estación de Valgrande-Pajares.
En la última década, José Ramón Sandoval se llevó el equipo a Segovia, como son recordadas también las semanas de preparación en Tenerife (2015) o San Pedro del Pinatar (2022), ambas con Abelardo como máximo responsable técnico, o la gira del pasado año por México, que recordó a la que el equipo rojiblanco había realizado en 1953 también por aquel país.
La dirección deportiva del Sporting intentó este año volver a llevar al equipo a algún país europeo. Francia, Países Bajos y Bélgica estuvieron en el punto de mira. Las dificultades para financiar estas salidas aconsejaron buscar un destino en España que, en este caso, ha sido Mondariz del que se han despedido hoy.
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