Cinco meses esperando a Frenkie

Frenkie de Jong es ahora mismo el hombre más ‘vigilado’ del planeta. Todos sus pasos son observados con cautela desde el club, que sigue sin tenerlas todas consigo sobre cuándo reaparecerá el centrocampista holandés. Es cierto que Frenkie dio el primer paso el lunes pasado, aceptando incorporarse al trabajo con el grupo, si bien aún no ha completado un entrenamiento. También es verdad que sus sensaciones en el tobillo derecho son mejores, pero aún no está cómodo al cien por cien. Todo esto se traduce a que en el club aún no saben a ciencia cierta cuándo estará disponible. Los más optimistas apuntan que podría entrar en la lista ante el Getafe el próximo miércoles, pero ahora mismo se trata de una mera especulación. La verdad es que todavía no hay una fecha marcada en rojo para su regreso. Y no la hay porque, como reconocen dentro del vestuario, “sus sensaciones varían de un día a otro”. Esta falta de regularidad es la que sigue desconcertando a los médicos, que son incapaces de resolver el enigma sobre su reaparición.

Unas sensaciones contradictorias que se han ido repitiendo desde que se lesionara el 21 de abril contra el Real Madrid en el Bernabéu. Una fea entrada del charrúa ‘Fede’ Valverde en el tobillo derecho -donde había sufrido dos lesiones ese mismo curso- acabó con el holandés por los suelos, retorciéndose de dolor. El pronóstico inicial dictaminó un esguince de grado dos y una baja oficiosa de seis a ocho semanas. El calendario dejaba claro que había dicho adiós a la temporada, por lo que Frenkie puso los cinco sentidos para llegar a tiempo a la Eurocopa. Sin embargo, Ronald Koeman decidió prescindir de sus servicios al constatar que el tobillo seguía renqueante, con la consecuente rajada del seleccionador holandés, que recriminó públicamente al Barcelona de haber “forzado” al jugador.

Para colmo, Frenkie llegó de vacaciones en baja forma y con el tobillo todavía muy hinchado. Desde el club se buscaron alternativas a una situación que se estaba enquistando peligrosamente. Y una de ellas fue el quirófano. Sin embargo, De Jong se mostró reacio a pasar por el bisturí, con la excusa que los médicos no le daban garantías al 100% de que se iba a recuperar.

Lo cierto es que, cinco meses después de su lesión, Frenkie sigue sin tener el alta. Una situación que desconcierta a todos los estamentos del club, empezando por el entrenador Hansi Flick. El técnico alemán se ha reunido varias ocasiones con el holandés para conocer ‘in situ’ su estado, mostrándole todo su apoyo, pero también conminándole a hacer un esfuerzo, ya que el equipo le necesita.

Ahora mismo, la hoja de ruta sitúa a De Jong con posibilidad de recibir el alta la próxima semana. La precaria situación de la plantilla, con cinco bajas en el mediocampo (Gavi, Olmo, Bernal, Fermín y Frenkie), deja muy poco margen a Flick a la hora de gestionar a sus hombres, sobre todo teniendo en cuenta que el calendario se ha apretado, con el estreno de la Champions, jugándose dos partidos a la semana. El regreso de Frenkie aliviaría la presión a los dos únicos centrocampistas de la plantilla -Pedri y Casadó-, que este sábado ni tan siquiera saltaron al entrenamiento, con el fin de recuperarse mejor del esfuerzo en Mónaco.

Este desconcierto por De Jong también ha alcanzado la zona noble de la entidad. Y es que el holandés está haciendo oídos sordos a las peticiones del club a reunirse para acordar una renovación -acaba contrato el 30 de junio del 2026-, que sirva tanto para bajar su actual ficha como a abrirle las puertas a una posible salida. Hay que recordar que Frenkie tiene una de las fichas más altas de la plantilla, cercana a los 35 millones de euros brutos, que ahoga aún más, si cabe, la masa salarial. Desde el club se piensa que esta actitud por parte del holandés es una simple estrategia para salir gratis dentro de dos años. De hecho, esta situación ha empezado a calar dentro de la afición, que ya le dedicó sonoros pitos durante la presentación en el Gamper.

Habrá que ver cuál será la reacción del respetable cuando regrese a los terrenos de juego. Ahora mismo, todo apunta que el alta está cada día más cerca, pero desde el club se niegan a lanzar las campanas al vuelo. Y es que, como asumen dentro del vestuario, “todo está en manos del jugador”.

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