Match-Ball en Nervión
El Sevilla se juega esta tarde ante el PSV su continuidad continental y Diego Alonso, mucho crédito; si pierde, el técnico uruguayo quedaría al borde del despido.
La derrota del domingo ante la Real Sociedad socavó un poco más el escaso crédito que le va restando a Diego Alonso en el banquillo del Sevilla. El entrenador uruguayo quedaría al borde del abismo si esta tarde-noche sufre otro revés ante un PSV al que hace falta ganar para no verse apeado de la Champions y, probablemente, hasta de ese tercer puesto del grupo que da derecho a seguir compitiendo en Europa League. Un clavo ardiendo que en el caso del club nervionense, más que quemar, llena de esperanza los corazones de sus aficionados (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Salvo debacle total, algo no descartable vista la imagen que ha ofrecido el Sevilla en los partidos precedentes, Alonso no se la juega del todo ante los neerlandeses. No hay recambio, ni dinero ni tampoco ganas de echar a otro técnico cuando aún no se ha llegado siquiera a diciembre. Si hoy hay derrota (o empate fatal, con el Lens ganando al Arsenal), el match-ball llegaría ante el Villarreal, en Liga. Ganar en Champions, eso sí, se convertiría en el mayor balón de oxígeno posible para el charrúa y los también discutidísimos dirigentes sevillistas, sobre los que vuelve a cernirse la sombra de Del Nido Benavente en la Junta del próximo lunes 4 de diciembre.
Contento como parece que salió, lo probable es que Diego Alonso calque el once de la segunda parte en el Reale Arena con la excepción de Gudelj por Badé, porque el defensa francés abandonó lesionado ese partido. Soumaré se quedó igualmente en la caseta en el intermedio de San Sebastián, con lo que Óliver Torres ocuparía de nuevo su puesto. Nyland sigue sin recuperarse de sus problemas musculares y la portería volverá a sufrir un plebiscito en la figura de un Dmitrovic también bajo sospecha.
El PSV asusta por sus números ligueros, venció en 13 encuentros de 13 posibles, pero fuera de Países Bajos muestra algo más de complejo: campeón de la Copa de Europa en 1988, no gana un partido de Champions a domicilio desde hace 15 años, cuando venció en Moscú al CSKA. En Nervión perdió contundentemente (3-0) hace sólo 9 meses, en la ida del playoff de Europa League, pero este Sevilla de ahora parece bastante peor que aquel. Al frente del club del Brabante regresa un viejo pero más joven que nunca conocido, Luuk de Jong, que suma 17 goles y 8 asistencias esta campaña. El Sevilla se libra de la velocidad de Noa Lang, que le dio la noche en la ida y ahora está lesionado, pero no de la proyección ofensiva de Veerman y Til, dos talentosos centrocampistas internacionales con la Oranje.
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