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CHAMPIONS LEAGUE

Pep Guardiola, Mourinho y la pesadilla ‘nerazzurri’

El último enfrentamiento del técnico de Sampedor con los interistas no le trae buenos recuerdos: el Inter eliminó al FC Barcelona en la semifinales de la edición de la Champions League de 2010.

Londres (Inglaterra)
José Mourinho y Víctor Valdés se encaran tras el partido de semifinales de Champions League entre FC Barcelona e Inter de Milán en 2010.
JOSEP LAGOAFP

El FC Barcelona de Pep Guardiola cayó de lleno en una trampa de la que fue incapaz de salir. José Mourinho, a la carrera, celebraba el pase a la gran final europea señalando al cielo. Entre Víctor Valdés y los aspersores del Camp Nou, los culés trataron de ‘aguar’ la fiesta del luso, pero era demasiado tarde. El Inter de Milán, a la postre campeón de la Champions League, había apeado al equipo de Pep Guardiola de la máxima competición continental a las puertas de su segunda final consecutiva. En el campeón y todopoderoso FC Barcelona había sido derrocado. Ahora, 13 años después de José Mourinho le ganase la partida al de Sampedor, el Inter de Milán vuelve a cruzarse en el camino del técnico español, ahora en el Manchester City.

Si bien el balance de Pep Guardiola ante el cuadro nerazzurri es positivo, de cara al optimismo y confianza de los Citizens para la final de Estambul, lo sucedido en aquellas semifinales de la Champions League 2009/2010 aún perdura en la mente de los aficionados. Quizás también en la del técnico catalán. Los culés solventaron los encuentros de la fase de grupos ante el Inter de Milán con un empate y una victoria. Entonces, el destino quiso que Pep Guardiola y José Mourinho volvieran a verse las caras, esta vez en semifinales.

El FC Barcelona defendía el título de campeón tras levantar la ‘Orejona’ en 2009 y, con una hipotética final de Champions League en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid en el horizonte, la eliminatoria frente a los pupilos de José Mourinho no pudo empezar mejor. Pedro Rodríguez adelantó al conjunto blaugrana a los 19 minutos en el encuentro de ida disputado en el Giuseppe Meazza. Entonces, el técnico portugués puso en marcha su plan. La ‘gabbia’ (jaula en italiano) diseñada por José Mourinho maniató a Leo Messi y, por consiguiente, al equipo de Pep Guardiola. Los interistas no solo consiguieron remontar el tanto inicial del canario, sino que llevarían a total y absoluta desesperación al cuadro culé.

El Inter de Milán ganó 3-1 aquel choque de ida, gracias a los tantos de Wesley Sneijder, Maicon y Diego Milito. La vuelta se celebraría en el Camp Nou y el Pep Guardiola sumó otra victoria a su balance particular de los enfrentamientos ante cuadro el nerazzurri y frente a José Mourinho, pero el tanto de Gerard Piqué resultó insuficiente. El Barça se quedaba en semifinales.

Las escenas tan recordadas del portugués corriendo por el césped del Camp Nou llegaron minutos después de que el central culé marcase, en el 83′, el 1-0 definitivo. Aquel Inter de Milán defendió con uñas y dientes la ventaja conseguida en la ida, y terminó saliéndose con la suya. A pesar de que Thiago Motta fue expulsado poco antes de la media hora de encuentro, los pupilos de José Mourinho mantuvieron más de 50 minutos la portería a cero en inferioridad numérica y ante un FC Barcelona volcado. Tras una de las eliminatorias europeas más vibrantes de los últimos años, el Inter de Milán saldría campeón de la Champions League. Por suerte para el ahora entrenador mancuniano, este tan solo tuvo que esperar un año para cobrarse su particular venganza: el Barça volvió a proclamarse campeón de Europa en 2011 tras eliminar previamente en semifinales al Real Madrid de José Mourinho.

Desde entonces, el Inter de Milán no ha vuelto a cruzarse en el camino del técnico de Sampedor. La de Estambul será la segunda final de la Champions League, tras la de Oporto 2021, que Pep Guardiola dispute al frente del conjunto Skyblue. Por su parte, esta será también la primera vez que el Manchester City se mida al conjunto interista en partido oficial. El destino ha querido que sea el Inter de Milán el último escollo en el camino de Pep Guardiola hacia la tercera Champions League de su carrera en los banquillos, la primera desde 2011, así como la primera en la historia del Manchester City.