Carlos Fernández ya empieza a marcar diferencias
El delantero sevillano fue uno de los destacados contra el Betis. Zubimendi en la medular, y Pacheco en defensa también brillaron
Carlos Fernández empieza a quitarse la presión de encima y cada partido que juega se acerca más a su mejor versión. El delantero sevillano juega extramotivado después de un largo año de dura recuperación, y hay veces que eso le lleva a jugar pasado de revoluciones. Pero contra el Betis, en su particular derbi sevillano, mostró su mejor cara después de su grave lesión de rodilla y demostró que empieza a marcar diferencias. Su mejoría es un alivio para Imanol Alguacil, al que los constantes problemas con las lesiones le están condicionando a la hora de hacer sus alineaciones y también los cambios en el propio partido, porque le permite tener alternativas a las que agarrarse, especialmente en las posiciones de ataque.
Es cierto que, después de su definitivo regreso al trabajo de grupo, el cuerpo técnico de la Real Sociedad ha ido metiéndolo en la competición con mucha prudencia, midiendo bien los minutos de juego, sus titularidades y los momentos en los que podía jugar. Se ha querido evitar una recaída que por fortuna no ha llegado. Y eso le ha permitido al sevillano ir ganando confianza en los entrenamientos, cogiendo ritmo de competición y mejorando sus prestaciones en cada partido que ha jugado, bien sea de inicio o saliendo desde el banquillo. Puede que los contantes problemas de lesiones de la plantilla hayan precipitado su entrada en el equipo en algunos momentos, o que haya tenido que jugar más de lo deseado en algún partido, pero hasta ahora Carlos Fernández ha respondido con buenas prestaciones a cada oportunidad que ha dispuesto. Y contra el Betis fue ya su definitiva confirmación.
Carlos Fernández ha vuelto, y esta listo para ser lo que siempre pretendió en la Real: un jugador diferencial. Fue de lo mejor en ataque, cayendo a las bandas, asociándose con sus compañeros, buscando huecos para los desmarques y siendo muy peligroso. Tuvo dos buenas oportunidades de gol que sólo el palo y un inspirado Rui Silva evitaron que entraran. Y se le vio más tranquilo, no tan acelerado como en otras ocasiones en las que parecía que quería demostrar a todo el mundo que seguía siendo un buen jugador, que no había perdido un año de su carrera recuperándose de una grave lesión de rodilla. Al sevillano ya solo le falta el gol que tanto desea y tanto busca después de su lesión. Quizá contra el Manchester, en una cita gigante, tenga su gran oportunidad.
No fue el único realista destacado contra el Betis. Tiene que haber más porque la Real fue la dominadora del choque, a pesar de perder injustamente en la recta final. Zubimendi también brilló en la medular con una soberbia actuación a la hora de equilibrar el trabajo de ataque de sus compañeros. El donostiarra recuperó su mejor versión, esa que parecía haber perdido después de formar su renovación, y estuvo a gran nivel, tanto con balón como sin balón, evitando que el Betis pudiera construir por dentro con jugadores como Fekir y Canales. A su lado, Brais Méndez y Merino también estuvieron bien, pero más apagados, porque el Betis se hizo fuerte replegado por dentro, borrando líneas de pase que siempre suele leer ambos a las mil maravillas. Les ayudó un descarado Pablo Marín. El joven potrillo estuvo activo durante el tiempo que jugó el choque, hasta el punto de que tuvo una buena ocasión de marcar. Imanol ha vuelto a hacer de la necesidad virtud, y con las lesiones de Kubo y Silva ha logrado sacar de la cantera una alternativa más que interesante para el último tercio de la zona de creación. También en defensa Jon Pacheco volvió a demostrar que no para de crecer y que se ha asentado como central titular de esta Real, con Le Normand teniendo que ‘luchar’ con un combativo y siempre incómodo Borja Iglesias. A quien se le vio más bajo que de costumbre fue a Alexander Sorloth, recién recuperado de un proceso febril que sufrió la semana pasada y que le ha dejado tocado físicamente.