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Real Sociedad

Carlos Fernández y Oyarzabal dan ejemplo

El delantero sevillano participa en las sesiones de adaptación de los canteranos en el Reale Arena. Y el capitán de la Real acorta sus vacaciones para avanzar en su larga recuperación

1-5. Carlos Fernández felicita a Ander Barrenetxea tras marcar el primer gol.
AMAIA ZABALODIARIO AS

No hay nada mejor que predicar con el ejemplo. Si las nuevas generaciones quieren referentes, los pueden encontrar en dos jugadores de la primera plantilla de la Real Sociedad: Carlos Fernández y Mikel Oyarzabal. Ninguno de los dos tenía que volver a los entrenamientos antes del 7 de julio, la fecha del inicio de la pretemporada del primer equipo realista. Pero ambos están ya trabajando en el Reale Arena, aprovechando que el nuevo curso de la Real ya ha comenzado, con esa atípica iniciativa que ha puesto en marcha Roberto Olabe con las sesiones de adaptación física para nueve elegidos potrillos del filial.

En el caso de Carlos Fernández, después de un año sin haber podido participar en un partido oficial por culpa de su grave lesión de rodilla que sufrió el verano del año pasado, se le ha incluido en estas sesiones con las que se pretende adaptar el físico de los jugadores de la cantera a la exigencia que se van a encontrar cuando empiecen los entrenamientos con el primer equipo. A lo largo de dos semanas tendrán ese trabajo extra, al que también está siendo sometido el delantero sevillano precisamente para que pueda estar lo mejor preparado físicamente posible para el inicio de la pretemporada el 7 de julio. Porque su intención es que empiece con el grupo desde el primer día, totalmente recuperado de su grave lesión, y se pretende así evitar las tan desagradables sobrecargas que retrasan siempre la definitiva vuelta a la competición. Carlos Fernández las ha sufrido en las últimas semanas de la temporada pasada, algo que impidió que pudiera volver a una convocatoria antes de que finalizara la liga. Y ahora es el primero que realiza este trabajo extra, exprimiéndose a tope en casa ejercicio, sobre el césped y en el gimnasio.

Y en el caso de Mikel Oyarzabal es diferente, porque el atacante eibarrés está inmerso en un largo proceso de recuperación de la rotura de ligamento cruzado anterior, precisamente la misma lesión que ya ha superado Carlos Fernández. El capitán realista suma ya casi cuatro meses de lesión y le queda todavía algo más de la mitad del trabajo para recuperarse por completo. Ya es capaz de caminar sin muletas, por lo que puede hacer bicicleta para fortalecer la zona, trabajo de fisioterapia y diferentes ejercicios en el gimnasio. Oyarzabal debería estar todavía de vacaciones, pero no quiere perder nada de tiempo y busca acelerar todo lo posible su recuperación, dentro de lo que le permita su lesión, que tiene unos tiempos que no es conveniente recortar en ningún caso. La clave está en recuperarse sobre todo bien, más que rápido. Y él lo sabe. Pero no tiene tiempo que perder. Porque en noviembre hay un Mundial para el que, a pesar de estar lesionado, tiene opciones de jugar si se recupera a tiempo, al estar siempre en la mente del seleccionador, Luis Enrique. No obstante, esta actitud de Oyarzabal no es nueva, porque también la tenía cuando no estaba lesionado. Fue el último en marcharse de vacaciones y y sido el primero en volver, acortando su periodo de descanso veraniego.