Bono y la maldición que dejó en el Sevilla a lo Bela Guttmann
Desde que se marchó el portero marroquí, consumado parapenaltis, los nervionenses han recibido 11 de 11 desde los 11 metros.
Cuando se marchó, en el verano de 2023, Yassine Bono dejó un hueco difícilmente subsanable en la portería del Sevilla por muchas razones. Una de ellas, su capacidad para intimidar en las penas máximas. Parapenaltis mundialmente conocido, sobre todo en varias tandas con los de Nervión y la selección de Marruecos, Bono sigue prodigándose como salvador en su actual club, Al Hilal, donde impuso sus felinas estiradas en sendas series decisivas ante el Al Nassr de Cristiano y el Al Ahly durante este mismo año, la primera para ganar la King’s Cup.
Justo un año antes, en el Sevilla, Yassine ya se había convertido en gran héroe de la Séptima Europa League durante la final de Budapest, cuando le detuvo dos lanzamientos a la Roma para levantar otro título más. Y meses antes, en el Mundial de Qatar, amargó a España en los octavos de final. Su sombra es alargada, y en los 11 metros del Sánchez-Pizjuán parece haber dejado una maldición como la del húngaro Bela Guttman, aquel entrenador que se marchó del Benfica en 1962 pregonando que el club portugués no volvería a ganar ningún título europeo más... Y se ha cumplido hasta ahora.
El caso es que Marko Dmitrovic, ahora en el Leganés, no consiguió detener ninguno de los tres penaltis que le tiraron entre LaLiga y la Champions el año pasado, cuando aún defendía los tres palos blanquirrojos, y Orjan Nyland acumula hasta seis, sin paradas, entre competiciones europea y liguera de la 23-24 y la actual 24-25, en la que Abel Ruiz y Lewandowski le han goleado desde el punto fatídico.
La lesión del noruego ante el Espanyol abrió las puertas de la titularidad a Álvaro Fernández . El guardameta riojano ha tenido que enfrentarse al punto fadítico dos veces en los últimos encuentros. Contra la Real Sociedad le batió Mikel Oyarzabal y tampoco pudo pararle a De la Fuente la pena máxima provocada de manera inocente por Lucien Agoumé, y que supuso la segunda derrota consecutiva para el Sevilla. Tres porteros, 11 penas máximas y ninguna detenida desde que se marchó el último gran ángel blanquirrojo, Bono. ¿Será algún guardameta capaz de ponerle el cascabel a ese gato?
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