Baño de ilusión y zaragocismo
Unos 3.000 aficionados, la mayoría niños, se han dado cita en La Romareda para presenciar el entrenamiento a puerta abierta del Real Zaragoza.
Los jugadores del Real Zaragoza se han dado esta mañana un baño de ilusión y zaragocismo antes, durante y después del entrenamiento. Unos 3.000 aficionados, la mayoría de ellos niños, se han dado cita en La Romareda y han llenado de colorido las gradas en una sesión a puerta abierta en vísperas del Día de Reyes que no se celebraba desde hace tres años, en 2020, justo un par de meses antes de la pandemia.
Antes de las diez de la mañana, hora en la que se abrían las puertas, ya había aficionados en los alrededores del estadio, que incluso han aprovechado para hacerse las primeras fotos con los jugadores, que acudían entonces al entrenamiento. Ya a la salida de los futbolistas al terreno de juego se han escuchado los primeros aplausos de la afición, especialmente de los más pequeños, que han celebrado cada gol y han podido entregar al Cartero Real su carta a los Reyes Magos.
En el plano deportivo, Vada, cuyas sensaciones no terminan de ser buenas, ha estado presente en La Romareda, pero no se ha ejercitado junto a sus compañeros por precaución. El argentino, que fue baja frente al Leganés en el último partido de 2022 por unas molestias en el aductor, se reincorporó al grupo el pasado lunes, pero ahora mismo es seria duda para recibir este domingo al Mirandés.
Zapater, con unas molestias lumbares, Bermejo, en pleno proceso de recuperación de su rotura fibrilar, y Lasure, cuya salida del club puede hacerse oficial esta misma tarde, tampoco se han ejercitado con el grupo y se han quedado trabajando en la Ciudad Deportiva, mientras que Gueye continúa en Senegal por unos asuntos burocráticos.
Una vez finalizado el entrenamiento, que también ha contado con la presencia del director general Raúl Sanllehí, al que durante varios minutos se le ha visto conversar con el ex presidente Christian Lapetra, ha llegado el momento más esperado por los más pequeños, que no es otro que la lluvia de regalos que les han lanzado los jugadores del Zaragoza, que también se han quedado firmando autógrafos y haciéndose fotos para poner el broche de oro a una mañana de alegría y felicidad, tanto para los niños como para los futbolistas: “Es una ilusión para nosotros comenzar el año con tanta gente animándonos en La Romareda”, señalaba Iván Azón.