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Barcelona

Aterriza como puedas

El vuelo de regreso, tras la consecución del primer título de la era Flick, se convirtió en una auténtica fiesta de exaltación culé, con momentos tan surrealistas como antológicos.

Jeddah (Saudi Arabia), 12/01/2025.- President of Barcelona Joan Laporta (C) and his players celebrate with the trophy after winning the final of the Spanish Super Cup, the Supercopa de Espana, between Real Madrid and FC Barcleona in Jeddah, Saudi Arabia, 12 January 2025. (Arabia Saudita) EFE/EPA/STR
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Este 2025 no ha podido empezar mejor para los intereses del FC Barcelona. Aparte de la consecución de segunda plaza en la Champions, que le permite al equipo evitar el ‘play off’ en febrero, y los brotes verdes que se vislumbran en LaLiga, tras un final de año ciertamente desolador, hay que sumar la consecución del primer título de la temporada y por ende de la era Hansi Flick, la Supercopa de España. Un triunfo, tan o más importante, por la forma en que se conquistó y el rival, el Real Madrid de Mbappé y compañía. Una victoria que llegaba además tras la polémica de las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor, con corte de manga incluido de Joan Laporta cuando accedía al estadio para ver las semifinales ante el Athletic.

Tanta tensión, malos rollos, conatos de enfrentamientos, desaires, amenazas, ultimátums y situaciones al límite tenían que desbordarse de una u otra manera. Y fue en el vuelo de regreso a Barcelona cuando se vivió una explosión de felicidad inimaginable, con un Laporta desatado, siendo el gran animador de la fiesta a diez mil metros de altura.

El podcast ‘Barça Reservat’ de Catalunya Ràdio reveló algunos de los momentos más ‘salvajes’ de esas seis horas de vuelo. Tras el brindis protocolario con el título de marras con los capitanes, entrenador y presidente, los ánimos se empezaron a caldear. Los jugadores aprovecharon la coyuntura para arrancarle a Laporta la promesa de una prima por el título conquistado -la última Supercopa ganado supuso 100.000 euros para cada jugador y 10.000 euros para el staff-.

A medida que avanzaba el avión, los ánimos se fueron exaltando, hasta el punto que Laporta empezó a corear a pleno pulmón, ‘¡boti, boti, boti, madridista el que no boti!’ (bote, bote, bote, madridista el que no bote), con la consecuente reacción de buena parte de los pasajeros, que empezaron a imitar al presidente. Una ocurrencia que no hizo mucho gracia a los más aprensivos a los vuelos, que se quedaron blancos, viendo cómo más de la mitad de las personas empezaban a botar al ritmo que marcaba el dirigente blaugrana.

Pero a Laporta le quedaban ganas y fuerzas para más. Y aprovechó el momento ‘mágico’ de exaltación culé para abanderar una conga por el largo pasillo de la aeronave, que secundaron buena parte de los directivos y familiares. Un auténtico ‘desmadre’ que sirvió como apoteosis a una jornada mágica.

Cuando la expedición blaugrana aterrizó al filo de las siete de la madrugada, los jugadores pagaban con sus caras. Tanto es así que, Hansi Flick decidió anular la sesión de trabajo y las pruebas a Íñigo Martínez se pospusieron al día siguiente. En todo caso, todos coincidían que había merecido la pena vivir en directo el viaje más loco de sus vidas.

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